Disculpas aceptadas por el propio afectado y por el partido socialista, que da por zanjada la polémica. Por lo tanto todo queda olvidado, sin embargo no se puede evitar el pensamiento de por qué no se hizo todo esto hace una semana, por qué se ha tenido que esperar hasta que el PSOE amenazase con no acudir a los actos de la Constitución. La vida política ceutí se hubiese visto librada de mucha crispación sin el propio Morales hubiese comparecido tras la primera rueda de prensa de Gonzalo Sanz, y mucho más aún si Yolanda Bel hubiese evitado la ya triste y celebérrima explicación de la libertad de expresión.
Pero al fin y al cabo bien está lo que bien acaba, y esperemos que de aquí a mayo no nos veamos inmersos en más polémicas de este tipo.