El Estatuto de Ceuta no puede esperar más

Editorial


El presidente Vivas ha asegurado esta mañana que el texto definitivo para el nuevo Estatuto de Ceuta está próximo en el tiempo, y que espera que la Comisión y el pleno den el visto bueno con la mayor unanimidad posible en breve. Unas palabras que muestran el optimismo del presidente con respecto al proceso de reforma estatutaria ceutí que, en esta ocasión, no pueden quedarse en una simple declaración de buenas intenciones. Ceuta necesita el borrador del nuevo Estatuto, y lo necesita ya para no perder el tren de las reformas abierto para bien o para mal por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Si Ceuta se queda en el andén en este viaje, los políticos que conforman la actual Asamblea mantendrán una deuda con la ciudad que no podrán saldar jamás.

Ceuta ha vivido durante años bajo el anhelo del cumplimiento de la tristemente celebérrima Disposición Transitoria V. Un sueño inalcanzable que llevó a miles de ceutíes a las calles, que se convirtió en el objetivo común de un pueblo que luchó  unido por mantener su identidad y por dejar a Ceuta dentro del marco administrativo recogido en la Constitución.

Lo máximo que se consiguió fue el vago título de Ciudad Autónoma, que dejaba aún más arrinconada si cabe a Ceuta dentro del panorama español, con la triste convicción de que jamás sería una autonomía de pleno derecho como las demás. Sin embargo, el actual proceso parecía permitir por fin esa vía, la enormemente deseada conversión de Ceuta en Comunidad Autónoma. Pero los plazos se cumplen y Ceuta sigue prácticamente al inicio de camino, con mucho terreno que recorrer en muy poco tiempo. Los políticos locales están obligados a sacrificarse y trabajar por la voluntad de los ceutíes, dejando al margen ideologías y rencillas personales. De lo contrario, su traición a Ceuta y los ceutíes no podrá ser borrada ni tan siquiera por el paso del tiempo.