Ferran Adriá pasa por ser uno de los mejores cocineros del mundo. Entre sus recetas más famosas se encuentra la tortilla de patatas deconstruída, que consiste en preparar por separado cada uno de sus ingredientes, para servirlos superpuestos en una copa de cristal. De esta manera, cada elemento mantiene su pureza, libre de la influencia de los demás, dejando al comensal la libertad de degustarlos uno a uno, o juntos, al atravesar con su cuchara todas las capas. Pues bien, yo creo que Zapatero ha intentado hacer lo mismo con el conjunto de su política de los últimos años en la entrevista referida.

Los jóvenes. La primera y más importante cuestión, pero por su enorme atractivo electoral. Son los que le dieron la mayoría en las anteriores elecciones, con su participación. El señuelo para que ahora lo repitan, grandes palabras, pero nada concreto sobre sus dos problemas más importantes: el paro y la vivienda. Y también, el recurso a lo de siempre. La guerra de Irak y el atentado del 11-M. Y ante todo, que no les fallará, pues es un hombre de palabra, como demostró sacando a nuestros soldados de Irak.

La cohesión territorial. Segunda cuestión de importancia. Hay que modernizar el Estado. Verdad. Las Comunidades tienen que participar en la inmigración, la innovación, el desarrollo, la gestión de sus ríos. Cierto. Pero ¿por qué Ceuta y Melilla no son Comunidades Autónomas?, ¿por qué no participan en las reuniones con Marruecos para tratar el tema que les concierne de la devolución de los menores no acompañados, y se les excluye del acuerdo firmado?. ¿Por qué a Cataluña se le concede una financiación superior al resto de Comunidades?. ¿Por qué no se busca el acuerdo y el consenso con los grandes partidos nacionales para renovar el Estado de las Autonomías y no sólo con los que quieren independizarse de España?. Demasiadas preguntas que no se resuelven con la nueva imagen corporativa de España, ni con la Unidad Militar de Emergencias.

El terrorismo de ETA. Su obligación era intentar salvar vidas. Nadie lo duda. Ha hecho lo que debía. También podía haber hecho otra cosa. Ahora no estamos peor que hace cuatro años. Pero podríamos estar mejor. Crispación y utilización del terrorismo con fines electorales. No se debe hacer, pero ¿qué se hizo el 11-M?. ¿Por qué no dejar la negociación para cuando ETA tenga claro que renuncia definitivamente a la violencia como medio para obtener sus objetivos políticos?. ¿No sería mejor un gran pacto de todos los partidos políticos y de estos con la ciudadanía, para aislar y combatir definitivamente esta lacra?. También aquí demasiadas dudas.

La proyección exterior de España. Aquí es donde nuestro Presidente estuvo más simpático. Nos dice, sin pestañear, que hemos recuperado nuestro prestigio internacional, que ahora somos respetados por los grandes y admirados por los pequeños, que somos los valedores de la unidad europea. Y esto sin olvidar a nuestros vecinos. Sobre todo a Marruecos, aunque el gas venga de Argelia. Toda una lección de política internacional, aunque nada comparado con lo que hará en la segunda legislatura, cuando por fin descubra la política exterior.

Demasiadas capas, y mal cocinadas, para presentarnos la deconstrucción de una tortilla, aunque ahora le llame España.