El Ministro Moratinos ubicó el viaje Real a Ceuta y Melilla en Marruecos, durante la sesión de control al Ejecutivo del Congreso, el pasado miércoles 21 de noviembre. Antes que él, el Secretario de Organización del Partido Socialista, José Blanco, habló del viaje de los Reyes a Marruecos, olvidándose de que Ceuta y Melilla son españolas. También ha colocado en la página web del Partido Socialista un vídeo titulado 'España es el segundo país mejor del mundo para un niño', donde se ve un mapa en el que desaparecen Ceuta, Melilla y las Islas Canarias de España. Las mismas que sí aparecían en un mapa de Marruecos que situaron a las espaldas de Zapatero, cuando era líder de la oposición, en su polémico viaje a Marruecos, en plena crisis del Perejil. El diplomático jubilado, Máximo Cajal, asesor personal de Zapatero para la Alianza de las Civilizaciones, defiende abiertamente en su libro 'Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar, ¿dónde acaba España?' la devolución ordenada de estos territorios a Marruecos. También en alguna página web del Partido Popular parece que sale un mapa de España sin Ceuta y Melilla. ¿Se trata de simples coincidencias?, ¿son sólo 'lapsus' mentales?.

Sigmund Freud fue uno de los personajes más influyentes del Siglo XX. A él se debe el descubrimiento de que no controlamos nuestra propia mente. En sus teorías mantenía que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños. De esta forma, los sueños serían como la realización de un deseo por parte del soñador. Complejos rechazados a la subconsciencia por la conciencia. Lo mismo se puede decir de los lapsus, de los errores involuntarios, de los olvidos. En un lenguaje menos rebuscado y menos científico, pero cargado de sentido común, el refranero español nos recuerda que los niños y los borrachos son los que dicen la verdad. Y no es que yo quiera decir que el señor Ministro estaba borracho cuando tuvo ese olvido, pero sí que a veces parece se comporta como un niño en sus relaciones con los dirigentes de algunos países.

Espero y confío, al igual que muchos vecinos de Ceuta, Melilla y Canarias, que, efectivamente, se trate de simples olvidos sin mala intención. De despistes más propios de la edad, o de la frenética actividad de los políticos en período preelectoral, que de algo premeditado y parte de una estrategia conspirativa. Pero la verdad es que estas cosas, cuando llueve sobre mojado, te hacen ponerte en guardia. Y en cualquier caso te hacen perder el tiempo con nimiedades y con cuestiones que poco tienen que ver con la realidad que nos ha de preocupar.

Por ejemplo, deben ser motivo de reflexión los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística respecto al sector comercial de Ceuta, y que recoge el Consejo Económico y Social de la Ciudad Autónoma en su informe de 2006. En él se indica que según la Contabilidad Nacional este sector aportó más de 200 millones a la economía local en 2006, lo que supone el 22% de la actividad económica de Ceuta. Sin embargo, también se informa de que el índice general de comercio al por menor se situó seis puntos por debajo del nacional y el de ocupación en ese sector, dos puntos por debajo de dicha media. Estos datos, dada la evolución del comercio ceutí en los últimos tiempos, y las repercusiones que sobre la economía local tendrá el próximo desarme arancelario de Marruecos, deben ser motivo, al menos, de análisis.

No obstante, los últimos datos que ha dado el mismo Instituto, referentes al mes de septiembre de 2007, nos indican que el índice general deflactado de la evolución del comercio al por menor de Ceuta se sitúa casi dos puntos por encima del total nacional, lo que supone un 1,6% de incremento respecto al mismo mes del año anterior,  y que el de ocupación en el mismo sector está casi un punto por encima del nacional, con un 5,4% de incremento respecto mismo mes del año anterior. ¿Quiere esto decir que las voces de alarma que se vienen dando por parte de los agentes sociales, respecto a la crisis del comercio en Ceuta, han tenido eco en las instancias políticas correspondientes y comienzan a dar su fruto?. Posiblemente sea demasiado pronto para llegar a esta conclusión. Habrá que seguir la evolución de los indicadores con detenimiento. Yo prefiero hacer este ejercicio al de estar continuamente interpretando los 'sueños y tribulaciones' de los políticos de turno.