El verano suele ser una época propicia para desatar nuestra imaginación. También para escribir papeluchos. La gente está de vacaciones. Los políticos sin mucha actividad. Tampoco durante el resto del año. Los periodistas casi sin noticias. Pero hay que seguir escribiendo y vendiendo periódicos. Quizás sea esto lo que les ha pasado a los editorialistas de uno de los principales diarios canarios, El Día, que en su edición del pasado martes 28 de julio, abogan por la independencia de Canarias, la transición a la República Canaria Independiente, para más señas, y por la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos.
 
He leído con atención el referido editorial y no consigo salir de mi asombro. En primer lugar, se autocalifican ellos mismos como colonia. E incluso como parte de Marruecos, al estar Canarias, dicen, sobre su Zona Económica Exclusiva. A continuación reniegan de su pertenencia a España, al considerar que las tropas de Castilla 'masacraron' a sus antepasados, los guanches. Luego añaden que ven bien que Ceuta y Melilla se entreguen a Marruecos. La única razón. Que están en otro continente. Por último, tachan a los medios de comunicación españoles de nazis, por ocultar los 'brotes independentistas' que, según ellos, se están produciendo en Canarias. Zapatero también llamaba antipatriotas a los que hablaban de crisis económica. Y todo ello lo aderezan con un rosario de insultos a todos aquellos, políticos o intelectuales, que no abrazan su causa independentista.

 

Los independentistas, ya sean vascos, catalanes, gallegos, moldavos, bosnios, croatas, o de cualquier lugar, suelen ser, por principio, sectarios. De lo contrario no hay forma de seguir adelante con sus pretensiones, pues, normalmente, lo hacen frente a todo un pueblo, generalmente más mayoritario que ellos. También suelen ser violentos. Unos utilizan las armas, como tristemente estamos viendo estos días, por las muertes y el dolor causado por los asesinos de ETA. Y lo suelen hacer contra personas indefensas, pues nunca se enfrentan a campo abierto contra su supuesto enemigo. Otros utilizan la palabra, a través de la cual ofenden y desinforman a la población. Todos ellos tienen una visión sesgada y particular de su historia, en la que, casi siempre, se autocalifican como las víctimas de una represión atroz. Por último, persiguen un paraíso idílico, en el que ellos mismos formarán su propio gobierno, independiente del Estado que los 'oprime', y en el que vivirán felices, por los siglos de los siglos, pues estarán gobernados por los 'buenos'.

 

En el caso que estamos analizando, sorprende el desconocimiento histórico y jurídico de los autores del editorial. Por un lado, confunden el concepto del derecho internacional de 'Zona Económica Exclusiva', institución jurídica nacida en la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, para regular la exploración, explotación, conservación y ordenación de los recursos naturales vivos y no vivos, producción de energía, investigación...etc., con la soberanía sobre un territorio. Por otro lado, olvidan que Canarias, además de parte del territorio español, tiene la consideración de región ultraperiférica de la Unión Europea. También, que la Zona Económica Exclusiva no puede fijarla Marruecos unilateralmente, sino en coordinación con España.

 

Respecto a Ceuta y Melilla, sus argumentos también son peregrinos. En línea con la postura del grupo Prisa y con ex diplomáticos asesores de Zapatero, como Máximo Cajal. Lo único que nos dicen es que son enclaves que están en otro continente y, por tanto, pertenecen a los africanos, razón por la cual hay que devolverlos a Marruecos. Pero esto no es cierto, pues, como sostiene, entre otros, el profesor Pastor Ridruejo, son territorios contiguos a la masa más importante del territorio español, la peninsular, sólo separados de ella por un corto espacio de mar, y fueron incorporados a la soberanía española a finales del siglo XV, antes de la existencia de Marruecos como grupo político soberano, al contrario que Gibraltar, cedida a la Corona Británica por el Tratado de Utrecht. Por tanto, mientras que Gibraltar perteneció a la Corona española, y por eso se reclama, Ceuta y Melilla nunca pertenecieron al reino de Marruecos, por lo que, en términos de derecho internacional, nada tienen que reclamar.

 

Por tanto, para justificar el referido libelo sólo se me ocurren tres cosas. Primera. Son unos ignorantes. Segunda. Entre los accionistas del periódico hay capital del reino alauí. Tercera. Pretendían crear una de esas noticias denominadas 'serpientes de verano', para generar polémica y vender periódicos. Pero mira por donde, otros ultranacionalistas, con la misma mala leche, pero, además, asesinos, han venido a robarles las portadas de los informativos. Ya no se hablará del nacionalismo canario, sino de la muerte y la desgracia que son capaces de ocasionar aquellos que no comprenden que nuestra patria debe ser el mundo y nuestra familia la humanidad.

 

Y mientras tanto, nuestro gobierno local y el partido que lo sustenta, preparando la feria y dedicándose a difamar públicamente a una diputada, Fátima Hamed, con soflamas demoníacas incluidas, por contarnos la verdad de la realidad política ceutí. Las cosas del baranda.