Ahora le ha tocado el turno al flamante Consejero de Economía de la Ciudad Autónoma. En Ceuta no hay crisis, según ha declarado a la prensa. Sólo una mala situación en las cifras del paro y algunos ligeros problemas de readaptación del comercio local, pero que ya los están superando. Esta ha sido su sentencia. Antes ya lo dijeron el Presidente Nacional de Cámaras de Comercio, el Delegado del Gobierno y el Ministro de Trabajo. Por tanto, se han quedado solos los agentes sociales y los que, al hacer la media del pollo, como explicábamos en un artículo anterior, no comen nada, aunque estadísticamente resulte que se comen medio.

Zapatero también lo dice, aunque en referencia a todo el país. Somos los que más empleo creamos, los que más crecemos y además, en 2010 enviaremos un satélite al espacio. Que seamos los últimos en recursos destinados para I+D, es lo de menos. Que nuestros jóvenes sean los menos preparados, es una simple anécdota. Somos los que mejor vivimos y la envidia de Europa, según nuestro Presidente. Y además las familias que a partir de ahora tengan hijos, cobrarán 2.500 euros. Ya se están tramitando las ayudas, aunque el Parlamento aún no ha aprobado la medida. Increíble, pero cierto.

Era costumbre de los emperadores romanos regalar trigo y dar entradas para los espectáculos en los juegos circenses, para así mantener al pueblo ajeno a la política. El poeta romano Juvenal en el siglo I acuñó la frase “Panem et circenses (Pan y Circo)” en sus Sátiras, para describir esta práctica de los gobiernos, que tan buenos resultados les producen. La versión actual de esta fórmula en nuestra ciudad es: “Ceuta está muy bonita”. La feria y la proximidad de las vacaciones se encargan de todo lo demás. Como ha dicho el Jefe del Estado Mayor del Ejército, en la plaza todo está controlado y en perfecto orden.

Pero hay un pequeño detalle. El paro en nuestra ciudad afecta a casi el 25% de la población activa. El nivel más alto de todas las provincias y Comunidades. A nivel nacional esta cifra se situaba a principios de año en un escaso 8,51%, casi un punto menos que el año anterior. En Ceuta crecía más de un punto de un año a otro. Por edades, los porcentajes más altos se producían en los jóvenes menores de 25 años de edad, llegando a alcanzar la escandalosa cifra del 52,46%, más de 7 puntos que el año anterior. A nivel nacional este porcentaje sólo se situaba en el 17,92%, casi dos puntos menos que el año anterior. Por sexo, el paro total de mujeres duplica al de los hombres. Y por edad, este paro es del 67,53% entre las jóvenes menores de 25 años, mientras que sólo llegaba al 21,61% a nivel nacional. Si a esto le sumamos que las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística muestran que la población joven respecto a la población total seguirá siendo mayor en Ceuta que en el resto del país, en los próximos años, y que los índices de fracaso escolar también son superiores, nos podremos dar cuenta que el problema, lejos de ser algo coyuntural, refleja la grave fractura social que padecemos.

Y respecto a la crisis del comercio, tampoco se puede reducir todo a un mero problema de reajuste a la nueva y futura situación, pues aparte de una frivolidad, no se corresponde con la realidad. Primero por su propia estructura, pues mientras que el sector servicios supone algo más del 50% del total de la producción a nivel nacional, en Ceuta supera el 90%. Es decir, es el sector prioritario, el mayoritario, el estratégico. Y además, sin un importante sector industrial que le pueda servir de apoyo. Por esta razón, cualquier factor externo e interno que afecte al mismo, multiplica su importancia en nuestra ciudad. En estas circunstancias, dos son los problemas que se deben abordar de forma inmediata: el modelo de la imposición indirecta y las Reglas de Origen.

El IPSI, impuesto creado en 1997, que sustituía a los arbitrios sobre la producción y la importación, pero que desde su implantación ha generado innumerables problemas al desarrollo económico local, pues junto al precio del transporte marítimo, ha contribuido al incremento de los precios de los productos locales hasta hacerlos poco o nada competitivos con los de la península. Un dato avala esta afirmación, pues su elasticidad respecto al valor añadido, en la última década, se ha situado muy por encima de la unidad, en el 1,5 para más detalle, lo que indica que por cada 1% de incremento del Valor Añadido local, el IPSI lo ha hecho en el 1,5%, es decir, un 50% más, lo que no se corresponde con el comportamiento que ha de tener un impuesto no progresivo, que ha de ser neutro respecto a la inflación.

Respecto a las Reglas de Origen, la Guía para invertir en Ceuta, cuya segunda edición PROCESA publicó en 2004, nos explica de forma bastante didáctica su funcionamiento. La cuestión es importar productos de terceros países de fuera de la UE, para que, una vez transformados y, por tanto, añadido su correspondiente valor, se puedan considerar como originarios de Ceuta y, de esta forma, introducir en la Unión Europea sin pagar aranceles de importación. Esto, que en empresas de nuevas tecnologías y de elevado valor añadido, podría generar un diferencial altísimo y muy competitivo, en los precios, no acaba de desarrollarse. La razón está en la escasa o nula colaboración de las autoridades nacionales, que son las que tienen que decidir si se supera la barrera del porcentaje de transformación necesaria para dar la calificación de originarias a las mercancías transformadas. Por tanto, el problema no es burocrático, sino político.

Es decir, un alto paro, que afecta más a los sectores más vulnerables, una población muy joven, un importante fracaso escolar, un comercio amenazado por factores externos y por unos precios poco competitivos, consecuencia del precio del trasporte y de un impuesto local tremendamente inflacionista, y unas Reglas de Origen que podrían ayudar a generar un tejido industrial de alta tecnología, que contribuyera al desarrollo económico local, pero a las que ninguna Autoridad presta la atención debida.

Esta es la situación en la que nos encontramos. Crisis para los agentes sociales. Lamento para el Delegado del Gobierno. Reajuste para el Consejero de Economía local. Las soluciones, también distintas. Creación de una mesa por la economía local que aborde todas estas cuestiones, para los primeros. Dinero para financiar estudios, aunque de algo que ya está estudiado, como las Reglas de Origen, pero ninguna iniciativa para conseguir una actitud más favorable al respecto en el Gobierno de la Nación, para los segundos. Y “Ceuta está muy bonita”, para los terceros. Y por supuesto, ¡feria.... mucha feria!.