- El mundo está patas arriba.

El FMI pide a España que vuelva a rebajar el sueldo de los trabajadores en un 10% más. Los que están al servicio de los que tienen el dinero nos dicen que hay que quitarles el dinero a los que no tienen dinero. Todo está al revés de cómo debería.

El embustero que habita en La Moncloa nos habla de sinceridad y honradez. Los que más violan y han violado los derechos humanos, los que tiraron bombas atómicas sobre población civil matando a cientos de miles de inocentes, los que hacen una guerra cada vez que quieren saquear algún pueblo, los que ejercen bloqueos económicos que matan, los que han derrocado democracias e instaurado dictaduras cada vez que ha convenido a sus intereses son los autoproclamados defensores de los derechos humanos, la paz y la democracia en el mundo.

Un sistema que mata de hambre a más de 70.000 personas diarias es presentado como el mejor sistema posible. Un sistema que lo que más produce es pobreza se nos presenta como un sistema que produce riqueza y felicidad. Los pueblos pobres que ejercen la soberanía no son soberanos ni patriotas, sino autoritarios y populistas. Los patriotas son los que con pulserita rojigualda recortan los derechos de los ciudadanos a gusto del poder. Y los que nos dicen que un monarca es el más demócrata del país.

Los antidisturbios crean disturbios. Los medios de comunicación incomunican. Los políticos se dedican a la antipolítica. Los Ministerios de Defensa patrocinan la guerra. Las farmacéuticas crean enfermedades. Delincuentes velan por el cumplimiento de la ley. Fascistas hacen constituciones “democráticas”. La globalización es antiglobal y cierra las fronteras, condenando a morir a los invadidos.

Como dice Eduardo Galeano, “habría que meter en la cárcel a este asesino serial que permite que todo esto ocurra. Lo que pasa es que no se puede, porque él tiene las llaves de todas las cárceles”. Fin de la cita.