No aguanto más. Llevo todo el día escuchando sandeces a mi alrededor. En la radio, sandeces. En la televisión, sandeces. En los periódicos, sandeces. En la calle, sandeces. Y todo por utilizar el sentido común. Y es que las ya más que celebérrimas declaraciones de Mariano Rajoy sobre el 'cambio climático' y las respuestas a las mismas amenazan con sobrecargarme el cerebro. Y todo porque a don Mariano se le ha ocurrido aseverar algo con lo que comulgaría cualquiera con un mínimo de conocimiento y sesera. Intentar convertir el 'cambio climático' en el mayor problema de este planeta que llamamos Tierra es, ni más ni menos, que, lo adivinan, una sandez.

El 'cambio climático' es una falacia postmoderna y progre que algunos utilizan para limpiar sus rojas conciencias arrojadas al consumismo, otros para desviar la atención y, los más listos, para llenarse los bolsillos. La Tierra cuenta con ciclos geológicos y climáticos. Es un hecho. Nuestro planeta pasa por distintos estados según transcurre el tiempo y, resulta, que venimos de una glaciación. Es decir, caminamos hacia una época calurosa. Punto y pelota. No hay más discusión. Así ha sido siempre y así sera. Posteriormente regresará el frío hasta que no nos quede más que dejarnos crecer de nuevo la barba hasta el infinito con la intención de que la cara no se nos convierta en un carámbano.

Sí es cierto que puede que el ser humano esté colaborando en una aceleración del proceso, no lo discuto. Sí es cierto que nunca está de más concienciarse en el ahorro de energía y, si es posible, evitar destrozar cuanto más mejor. Pero intentar convertir el 'cambio climático' en el gran mal de nuestro tiempo es definible de muchas maneras, y las más suaves que se me ocurren son "perverso" e "interesado".

Fijemos la vista por un momento en el calificado como 'apostol' del cambio climático, el inefable ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore. Sí, el mismo que se embolsa 200.000 euros por conferencia para recordarnos que el cielo caerá próximamente sobre nuestras cabezas. Por si no lo saben, el amigo Gore y su familia, entre la que se encuentra la no menos destacable Tipper Gore, su mujer, de la que hablaremos más tarde, gastan al mes en electricidad más del doble del consumo anual de un estadounidense medio . Exactamente, como pueden ver, el amigo Gore no hace más que predicar con el ejemplo. Pero no todo acaba ahí. Resulta que el bueno de Al es además propietario de una mina de cinc en una de las cuencas que emiten más vertidos tóxicos de todo Estados Unidos . Una explotación que le ha permitido ganar más de 500.000 dólares por arrendamiento de sus derechos de explotación, que la verdad sea dicha, al lado de lo que cobra por conferencia es una minucia, y que regresará a la actividad en breve, tras un acuerdo con una compañía canadiense. Lo dicho, todo un defensor a ultranza del medio verde el amigo Gore.

Y a este sujeto le han dado el Nobel de la Paz. Bueno, el Nobel de la Paz es uno de esos premios absurdos que suelen carecer de sentido y otorgan a personas sin excesivo mérito, como por ejemplo el de Literatura. La única excepción es que en este último caso de vez en cuando aciertan con alguien interesante, y en el primero es bastante más complicado. Cosas de premiar el trabajo por la paz con el nombre del inventor de la dinamita, por muchos remordimientos de conciencia que tuviera el opulento científico.

Y no me olvido de Tipper Gore. No es que tenga mucho que ver con esta disertación, pero no puedo evitar mencionar que me hace cierta gracia ver a músicos de todo el mundo colaborando con Al Gore en la lucha contra el 'cambio climático', en el concierto mundial Live Earth. Lo digo porque, por si no lo saben, Tipper Gore fue una de las principales activistas a favor de la censura en la música, ya que suponía una herramienta de corrupción para los jóvenes. La famosa pegatina de 'Parent Advisory' que se puede ver en muchos CD's norteamericanos fue idea suya. Además, defendía la creencia de que ciertos músicos grababan mensajes ocultos de contenido bastante oscuro en sus discos, que podían escucharse si se reproducían en sentido inverso. Desde luego, no me extraña que sean marido y mujer.

La familia Gore, un ejemplo a seguir. Sobre todo si uno quiere hacer dinero fácil y rapido. Y estas son tan sólo algunas de las referencias más comúnmente conocidas sobre el 'cambio climático'. Esa gran lacra mundial. Porque aunque tengamos que sufrir el terrorismo internacional, hambre y miseria en gran parte del mundo, que millones de personas vivan todavía bajo regímenes totalitarios o demás problemas de índole menor, lo importante es que los señores Gore y ZP están preocupados por el 'cambio climático'.

Ya puestos a concienciar sobre grandes problemas, yo propongo iniciar una campaña para que Antonio Lobato deje de retransmitir la Formula 1. Eso sí que sería un alivio para la humanidad.