Comenzar una nueva andarura en un medio de reciente creación como Ceuta al día es una experiencia gratificante y, cuando menos, llena de satisfacciones y emoción. Lo es asimismo inaugurar un nuevo espacio de opinión, una de las columnas que sustentará la estructura del primer periódico digital de Ceuta, con espacio para todas aquellas personas que tengan algo que decir sobre esta tierra que todos amamos. Por desgracia, mis primeras líneas como columnista en este nuevo medio no están destinadas a algún menester que nos preocupe y merezca ser analizado, sino a deshacer un malentendido que por una casualidad del destino ha convertido la mañana de hoy en un auténtico quebradero de cabeza.

Todo surge con la publicación en El Faro de una carta al director dirigida a Abdelmalik Mohamed y firmada por un servidor. La respuesta es sencilla y directa: no tengo nada que ver con esa carta. 

Por desgracia se ha producido un error de los que suelen ocurrir en una redacción, comprensibles y humanos y que todos hemos cometido, yo el primero. El resultado es que mi nombre ha aparecido vinculado a un texto que en absoluto comparto y que con motivo y razón ha provocado las iras de buena parte de la población local.

El tono y las ideas expresadas en dicha carta no corresponden de ningua forma al pensamiento de quien escribe ni del periódico digital que dirijo. Ceuta al día nace con la intención de ser un lugar de encuentro, plurar y abierto a todos los ceutíes, independientemente de su religión, cultura o procedencia, ya que para el equipo de este medio son ceutíes todos los que aman a esta tierra y trabajan por ella, independientemente de su lugar de nacimiento. Condeno los ataques que se realizan en dicha misiva contra la comunidad musulmana de Ceuta y reitero que los problemas deben siempre solucionarse mediante el diálogo y la contraposición de ideas, pero nuncan por la imposición o el miedo. Espero que de esta forma se acaben los malentendidos y la vida siga su cauce.