No siempre ha sido así. Antes los lunes no tenían nada especial, los días en los que acontencían todos los sucesos que relato a continuación era los viernes. Sin embargo, los hados han querido modificar su ubicación en la semana, y no sé si será por eso que cada vez me los tomo con mejor humor. Porque también he de reconocer que al principio tan sólo provocaban ira y enfando, aunque afortunadamente he aprendido a ver la cara amable.
Me gustan los lunes. Me gustan los lunes porque se regala dinero a todo el mundo, me gustan los lunes porque no hay problemas y el futuro siempre es maravilloso y resplandeciente, me gustan los lunes porque todo el mundo está de acuerdo. Me gustan los lunes. Me gustan los lunes porque siempre brilla el sol y el dinero nunca se acaba, me gustan los lunes porque todavía nadie se ha quejado, me gustan los lunes porque me divierto y la risa es constante. Me gustan los lunes porque cada uno es una nueva sorpresa que supera a la anterior, porque siempre es divertido ver a alguien fuera de quicio. Me gustan los lunes porque cada semana compruebo empíricamente que mis dos máximas favoritas se cumplen: 'La incompetencia humana no tiene límites' y 'Nunca subestimes la estupidez ajena'.
Así que lo crean o no, se lo aseguro: adoro los lunes.