No, no se asusten. No voy a anunciar en este artículo que la, según dicen, cada vez mayor brecha existente en la antaño estrecha relación entre Pedro Gordillo y Juan Vivas va a acabar con este último dando un puñetazo sobre la mesa y reclamando lo que en su momento rechazó, la dirección provincial del PP. Aunque muchos crean lo contrario, no tengo micrófonos en Presidencia ni en el PP, y desconozco absolutamente cómo se encuentran las relaciones entre los dos próceres locales más allá de lo que me comentan o pueda barruntar por pequeños detalles. No, con el título hago referencia a una presidencia del PP, cierto, pero no a la de Ceuta precisamente. Y es que en estos días en los que los populares renuevan de forma un poco mermada su confianza en el hombre que puede presumir de haber perdido dos elecciones con el peor presidente de la democracia española, el partido de la gaviota está desaprovechando una oportunidad única. Y es que si se analizan los problemas que según los periodistas, politólogos y los propios afiliados del PP son los que han provocado las dos derrotas consecutivas en los comicios generales, no cabe duda alguna que el hombre ideal para llevar a la formación de nuevo a la gloria es, ni más ni menos, que nuestro estimado presidente, Juan Jesús Vivas Lara.

Lo digo en serio. Por ejemplo, varios dirigentes del PP han asegurado durante los últimos meses que el partido tenía una imagen "antipática", que había que mostrar una cara más amable y cercana al ciudadano. Y quién mejor que Juan Vivas, con esa capacidad única de encandilar a jóvenes y mayores, un presidente cercano con el que todo el mundo habla, a quien todo el mundo saluda. En qué bar de nuestra ciudad no hay una foto de don Juan acompañado de los camareros y cocineros de local, quién que se haya cruzado con el presidente en cualquier acto o paseando por la calle no ha recibido un saludo afectuoso y sincero. Quién no le ha escuchado dar las gracias por acudir a cualquier evento, por simple que fuese, con una sonrisa y un calido apretón de manos. La imagen de Juan Vivas visitando todos y cada uno de los pueblos de España, fotografiándose y dando la mano a españoles de toda edad y condición es sin lugar a dudas la mejor campaña de promoción con la que puede soñar el PP.

También se acusa a la formación que dirige Mariano Rajoy de haber perdido la capacidad de diálogo, de haberse alejado de todos los partidos, lo que les impide llegar a acuerdos de gobierno en prácticamente ninguna zona de España. De nuevo, nos encontramos con un problema que tiene perfecta solución en la persona de Juan Vivas. El presidente ceutí es un firme defensor del diálogo y la colaboración. Siempre dispuesto a recibir a todo aquel que le tenga algo que contar, siempre deseoso de que cualquier asunto, por nimio que sea, reciba el mayor respaldo posible. La carrera política de Juan Vivas está plagada de ejemplos, nada más hay que repasar las hemerotecas para comprobar cómo logró que UDCE-IU votase a favor de su presupuesto, o escuchar las palabras de rendida admiración a sus ganas de colaborar pronunciadas hace escasos días por el delegado del Gobierno. Porque Juan, nadie lo puede negar, es una persona que se hace querer.

Y no se puede olvidar la probada capacidad de gestión del presidente Vivas. Sin ir más lejos, una de las situaciones más complicadas que ha vivido el país en los últimos meses, la huelga de transportistas que amenazó con desbastecer España, con Juan Vivas no hubiese llegado a producirse. Porque como todo el mundo sabe, con Juan Vivas no hay huelgas. Con su capacidad de diálogo, de escuchar los problemas de los demás y buscar las mejores soluciones posibles, el presidente ha logrado que en Ceuta no se vivan paros perjudiciales para los ciudadanos desde hace mucho. Ya sea en la limpieza, en los transportes o en el sector que sea, Juan Vivas está siempre dispuesto y atento para luchar por el interés general de los ceutíes, cueste lo que cueste, y librar a la población de las graves consecuencias de una huelga en servicios básicos. Además, otro gran problema de España, como es el paro, con Juan Vivas como presidente del Gobierno se vería paliado, ya que el líder ceutí ha reiterado en numerosas ocasiones que la solución es el aumento de la Administración. Con el Presupuesto General del Estado a su cargo, Vivas podría disminuir en dos o tres millones las listas del INEM simplemente mediante la creación de nuevos cargos de funcionarios, en una medida que obviamente tendría consecuencias más que positivas en la reactivación económica del país.

Como queda demostrado en las líneas anteriores, Vivas sería sin lugar a dudas el candidato ideal del PP en los próximos comicios generales. La nemésis perfecta para un Rodríguez Zapatero que hay que recordar que no es precisamente apreciado por los sectores más tradicionales de la sociedad española. Incluso aquí Vivas parte con ventaja, y es que el presidente sería admirado por su defensa a ultranza de la familia. Quien no crea que el presidente ceutí es un firme valedor de los valores tradicionales de la familia no tiene más que mirar las contrataciones recientes en el Ayuntamiento, donde maridos, hermanos, sobrinos, cuñados y demás parentela han contado con el apoyo del Ejecutivo para formar una administración local cada vez menos anónima y con un marcado carácter cercano y familiar.

Señores del PP, no pierdan la oportunidad. Cuenten con Juan Vivas para las próximas elecciones generales. No se arrepentirán. Nosotros tampoco.