Ceuta Ya! proclamación candidatura Mustafa
Mohamed Mustafa, durante un encuentro con los medios / Alejandro Castillo
Mohamed Mustafa

En esta ocasión me dirijo a usted no sólo por su condición de Jefe del Gobierno de España. Nuestro país ostenta, hasta diciembre, la presidencia del Consejo de la Unión Europea, un hecho que, considero, nos otorga mayor capacidad para contribuir al fin de la escalada militar cruel e indiscriminada que está implementando el Gobierno ultraderechista de Israel contra la población civil palestina en Gaza y para lograr una paz duradera en la región.

Conviene que se dejen de lado los eufemismos. Asistimos a toda una oleada de crímenes de guerra ante la que no podemos permanecer impasibles. Seré más claro: bajo la excusa de la “guerra contra el terror” se está perpetrando un genocidio, término que ya ha sido empleado por voces autorizadas en la materia. Y es que difícilmente puede calificarse de otro modo el dejar sin comida, electricidad, agua y medicinas a una población de más de dos millones de habitantes mientras, además, se multiplican los bombardeos sobre la “cárcel al aire libre más grande del mundo”. Sobre un lugar del que, por tanto, resulta imposible escapar. La atrocidad es sencillamente insoportable.

Recientemente, la Directora Ejecutiva en España de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (UNRWA), Raquel Martí, ha revelado algunos datos que confirman la necesidad de una intervención inmediata. En Gaza sólo queda ayuda humanitaria para trece días. El bloqueo israelí imposibilita la entrada de suministros básicos y ha llevado a una situación en la que, actualmente, no hay luz ni agua. La infraestructura civil de la zona es ya prácticamente inexistente, pues su destrucción ha sido uno de los objetivos tanto de esta brutal ofensiva militar como de las siete que se han llevado a cabo con anterioridad en los últimos quince años. La población de Gaza depende (en exclusiva desde 2007) de la asistencia humanitaria. Sin embargo, al ya mencionado bloqueo tenemos que sumar la anunciada (y unilateral) intención de países de la UE como Suecia y Dinamarca de suspender sus respectivas ayudas al pueblo palestino. Una vergüenza para Europa difícil de digerir y que debe ser reconducida desde las instituciones.

Las declaraciones del ministro Albares y de Josep Borrell no son suficientes en absoluto. Es necesario y urgente que la Unión Europea active todos los mecanismos políticos y diplomáticos a su alcance para que el Estado de Israel permita la entrada de ayuda humanitaria; para que todos los países miembros actuemos de manera conjunta en la dirección de respetar los Derechos Humanos de la población de Gaza; y para que Israel ponga fin a su aberrante ofensiva bélica.

Ninguna vida vale más que otra. Ningún pueblo debe oprimir a otro. Por ello, el cese de esta escalada no puede ser considerado, bajo ningún concepto, el punto final de un conflicto que ya dura más de setenta años. La Comunidad Internacional no puede seguir mirando hacia otro lado ante la vulneración del Derecho Internacional y el incumplimiento sistemático de las resoluciones de la ONU. La opresión a la que el supremacismo de Israel somete al pueblo palestino tiene que dejar de ser consentida y normalizada. Y nuestro país, señor Sánchez, debe ser un actor clave en la lucha política por la Dignidad y la Justicia. Por ello, quiero instar a su Gobierno a dar reconocimiento, en el periodo de tiempo más breve posible, al Estado Palestino, haciendo así efectivo su compromiso del año 2015.

Basta de apartheid. Basta de ocupación y de violencia diaria contra un Pueblo que tiene derecho a decidir sobre su futuro.