¿Realmente es bueno que la Ciudad haya considerado que en Ceuta no existan personas, instituciones o entidades que luchen para erradicar la violencia de género?

Lejos de querer hacer un debate sobre los verdaderos motivos que han podido causar dicha posición, desde nuestro partido y en concreto desde mi secretaría, queremos denunciar el vacío que ha dejado la postura de un jurado capaz de afirmar que nadie, absolutamente nadie, se dedique a erradicar el maltrato. ¿Acaso no es un objetivo de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer la puesta en marcha de una red de asociaciones que trabajen la igualdad?, ¿o no es realmente menos cierto que es la misma Consejería la que tiene que coordinar los distintos recursos que existen a nivel local para actuar contra esta lacra? ¿Es que en Ceuta no hay mujeres víctimas de violencia de género que reciben apoyo? ¿No tenemos conciencia de género ni estamos sensibilizados para hacer algo por las víctimas? Pues no, verdaderamente no. El jurado se ha evaluado a sí mismo y ha considerado no solo que la Consejera no hace valer el Plan de Igualdad sino que también ha etiquetado a Ceuta como zona insolidaria, poco altruista y permisiva ante el machismo y las numerosas denuncias que se producen a diario.

No voy a utilizar este artículo de opinión para enumerar todos los vacíos que desde el ejecutivo de Vivas se han propuesto desarrollar para dejar en entredicho las políticas de igualdad, ni tampoco voy a trasladarme al mes de noviembre donde entonces sí, y solo allí, el gobierno lance un mensaje de apoyo, unión y trabajo en equipo para salir de la horrible situación por la que atraviesan muchas mujeres. Voy a utilizar este espacio para reconocer el esfuerzo que a diario realizan personas anónimas y no tan anónimas para mejorar la vida de muchas mujeres que sufren las consecuencias de las desigualdades y el patriarcado.

No sabemos quiénes han sido las candidaturas, pero desde aquí lanzamos algunas: la Mesa Sectorial de la Mujer y sus integrantes, las asociaciones que sin ánimo de lucro y de una manera completamente voluntaria ejercen un papel fundamental, el Cuerpo Nacional de Policía, la Unidad de Violencia de género de la Delegación, la Oficina de Atención a las Víctimas, el profesional del Centro Asesor de la Mujer, Integralia, el personal sanitario, el colegio oficial de psicólogos y también, otras tantas personas que de una manera individual se han topado con la experiencia del ciclo de la violencia y han sabido acompañar y apoyar a las víctimas. No me gustaría que se me olvidara nadie porque, como siempre hemos defendido desde el PSOE, no hay nada mejor para combatir el maltrato que la unidad y la idea de que todos y todas somos la clave para acabar con la violencia de género.