Sin duda este es uno de los problemas que los ciudadanos estiman como más importantes. Sin embargo, tras el paro y la crisis económica, es la clase política el tercer principal problema. Muchas son las causas, pero en esta semana hemos podido debatir tanto en la Cadena SER como en ONDA CERO sobre algunas de ellas, y al hilo del debate sobre los debates.

Es difícil que la ciudadanía crea en la clase política si el sistema no les deja participar adecuadamente. Si es necesario obtener un porcentaje determinado que deja fuera la voluntad ciudadana de muchos votantes. Si los ciudadanos no pueden expresar su elección mediante listas abiertas o al menos desbloqueadas para marcar a quien considere mejor.

Difícilmente regeneraremos la democracia. Si el siglo XX fue el de la restauración democrática en España, el siglo XXI tiene que ser el de la regeneración democrática. Y en eso UNIÓN PROGRESO Y DEMOCRACIA está contribuyendo y contribuirá aún más.

Precisamente repetíamos en estos días que la democracia se basa entre otras cosas en elegir libremente. Y para elegir libremente es necesario conocer. Si no tienes voz, o no puedes participar libremente en los debates para poder contrastar mediante la argumentación tus propuestas no es posible que la ciudadanía las conozca adecuadamente y vea como se contrastan con los demás candidatos. UPyD quiere participar en los debates con todas las fuerzas políticas. Es más, ningún otro partido político extraasambleario ha pedido participar en debates, aparte de UPyD. Luego solo se está excluyendo a UPyD de los debates. Esta es la verdad.

¿Cómo van a confiar los ciudadanos en los políticos si cuando llegan al poder se limitan muchos a mantener y calentar el sillón?, intentando evitar además la entrada de cualquiera que pueda quitarles algo de su poder. Los partidos tienen que cambiar sus comportamientos internos. Esa también es una de las razones porque estamos en UPyD. El 80,9% de los ciudadanos nos confían ni en Rajoy ni en Zapatero.

Por algo será. Y especialmente en su forma de hacer política. Si ni el PP, ni el PSOE quieren reformar la ley electoral, ni tampoco cambiar sus formas de hacer política, los ciudadanos seguirán pensando que solo hacen las cosas por lo que les beneficia e interesa. Y por eso no creen en los políticos.