Aldous Huxley
Aldous Huxley
Javier Ángel Diez Nieto

Actualmente, estamos asistiendo a dos frentes contradictorios en la búsqueda del futuro de la sociedad humana: “Soberanismo o globalización”. Por ello, es conveniente, al menos de forma sucinta, intentar entender el cómo y el por qué surgen ambas formas antagónicas. Y para ello, empezaremos con lo que hemos heredado de la historia, es decir: “El soberanismo” y de cómo surge y se establece a través de la particular historia de cada país. Así, entenderemos el soberanismo como la forma de unidad de las sociedades humanas, que surge entre las diversas civilizaciones, configurándose como oposición al concepto de “Barbarie”. Es decir, que son sociedades urbanas, alfabetizadas y productos de acuerdos derivados de determinadas culturas, que hacen referencia a la forma global de un pueblo, conteniendo sus valores, sus normas, instituciones y formas de pensamientos: “Sangre, lengua, religión y costumbre”, las diferenciaba inicialmente de otras civilizaciones. Civilizaciones que se ampliaran al interaccionar o fusionarse con otras culturas, normalmente próximas en el espacio y que dan lugar a conceptos como “Patria, ciudadanía, nación y soberanía”. Consecuentemente surge la idea de “Nación soberana” derivada de la particular historia social de un determinado grupo humano, donde la soberanía pertenecía a sus ciudadanos y… ¡A nadie más!

    No obstante, lo anterior, ahora vivimos una época que pretende dar un salto exponencial, decidiendo que una vida globalizada que acabe con las soberanías de las naciones, es el único futuro al que debemos aspirar. Se convierte con ello la globalización en otra utopía salvadora interesada de algunos grupos económicos, quienes simplemente buscan acabar con la evolución histórica de las naciones en beneficio propio. ¡Porque…no nos engañemos…! La globalización es simplemente la ilusión de la dictadura del capitalismo transnacional sin control, ahora disfrazado de moralista. Porque el capitalismo, buscando esta uniformidad universal, se ha convertido en el mayor aliado de la ideología comunista. ¡Magnifica ideología, esta última, capaz de socializar a las gentes, convirtiéndolas en mansos rebaños de trabajo y consumo! Para ellos, somos una sociedad lanar y por eso se refieren a nosotros como rebaño. ¡Nada tendrás…pero serás feliz! Es su máxima, y… ¡Ahí está el peligro! Porque esta filosofía social, parece imponerse en las burocracias de muchos gobiernos, dictaminando unilateralmente con actitud lacaya al gran capital, muchas de sus decisiones.

Pero, nada es porque sí, sino que consecuentemente y aprovechando el estado de bienestar de occidente, se ha creado un caldo de cultivo favorable. Así, se ha favorecido la aparición de una sociedad llena de gentes aburridas y hedonistas que asimilan blandamente todo lo se les dice. ¡Instinto de supervivencia y de especie, son los únicos placenteros objetivos sociales buscados y queridos! ¡Una mente colmena, que no exigen ningún esfuerzo personal! Es este paraíso de la serpiente, el que desean la mayoría de los ciudadanos occidentales, buscando solo sensaciones agradables y obviando cualquier pensamiento abstracto. ¡Un estado paternal, que se encargue del bienestar de todos! ¡Es la filosofía del rebaño!

Porque, en el globalismo solo hay una forma de pensar… ¡El pensamiento único!, y es el de que la economía está por encima de la vida del individuo. Son políticas identitarias, que nos imponen valores iguales rompiendo con nuestras propias historias y evolución como naciones diferenciadas. Con ello, el globalismo, busca reducir y desconstruir al individuo, imponiendo solamente dos clases sociales: Gobernantes con poder absoluto y sirvientes que obedezcan ciegamente sus órdenes y deseos. Así, el calentamiento global, ahora cambio climático, el ecologismo…y otras zarandajas… en fin…resumiendo… “La agenda 20/30”, que tan ciegamente se sigue por nuestros gobernantes, intenta someternos a todos a un falso buenismo urbanita, creando ciudadanos carentes de significado alguno y condenándonos irremediablemente a una pobreza y muerte civil. ¡Y… una sociedad de beneficencia es fácilmente manipulable! Eso sí…según ellos… ¡Por un bien mayor…” ¡El suyo…”!

Personalmente, pienso y espero, que esta impersonalización de las sociedades no va a ser posible, porque las mismas naciones poco a poco se van a rebelar contra ellas. Y porque también, la historia nos enseña que es la libertad individual la que siempre ha transformado las sociedades. Por consiguiente, el soberanismo, es la fórmula para alejarse de la ley del rebaño, que se quiere imponer. Porque la ley del rebaño… ¡Recuerden!, siempre es cruel, ya que con ella hay que eliminar tanto a los que destaquen por arriba como a los que se queden por debajo.

¡En fin…! Para terminar… Esperemos que, cada vez más surjan voces oponiéndose a este globalismo impuesto, porque si no haremos realidad la distopía de “Mundo Feliz”, que Aldous Huxley describió en 1932. Oposición, que entiendo muy difícil en un mundo, donde solo se discute la discriminación sexual de la almeja. Así que resignémonos a no tener nada y además, para mayor vergüenza, a perder enteramente nuestra nada. Concluyendo… ¡Nada tendremos, pero leñe…que felices seremos y lo que nos vamos a reír! Y sobre todo…sobre todo…si el globalismo se impone, cuál será la situación y futuro de nuestra ciudad…”CEUTA”