En el contexto de crisis económica mundial en el que se encuentra España, especialmente golpeada por la misma, y como prueba de ello la elevada tasa de paro, que hace vivir en una gran incertidumbre a miles de economías domésticas que no ven claro su futuro, apostaré nuevamente por el PSOE para salir de dicha situación.

Y apostaré por el Partido Socialista porque estoy totalmente convencido que sólo por la dirección de la izquierda podremos llegar a un buen destino final. Precisamente ahora, más que nunca, creo firmemente en la apuesta por la socialdemocracia.

Todo parecía desvanecerse el pasado 22 de mayo, cuando el Partido Popular venció en las últimas elecciones municipales y autonómicas, incluso hay quienes apuntaron que llegaba una tormenta conservadora proveniente del resto de Europa a España, sin embargo el reciente triunfo de los socialdemócratas en Dinamarca con una mujer como líder, Hellen Thorning-Schmidt, que bajo el lema “¡Lo hicimos!” arrebataba el poder a los conservadores tras una década de gobierno, el pasado 15 de septiembre, lo refutaba totalmente.

Previamente, en la Alemania de Ángela Merkel, que el Partido Popular pone de ejemplo a imitar para conseguir la ansiada remontada del bache económico actual, el partido de la canciller, la conservadora CDU, venía de naufragar una y otra vez en las sucesivas citas electorales que en el país germano iban teniendo lugar a lo largo del año, hasta vencer el SPD (socialdemócratas), primero en la Ciudad Estado de Hamburgo el 20 de febrero, bajo la batuta de Olaf Sholz, con el mejor resultado en unas elecciones regionales desde 2004 y perdiendo el partido de Merkel más de la mitad del 42,8% del voto que había obtenido en los pasados comicios; también otro tanto ocurría en las regionales de Renania-Palatinado, Bremen, en el Estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y en el feudo histórico de la derecha alemana de Baden-Wúrttemberg que se convertía de izquierdas poniendo fin a casi medio siglo de hegemonía conservadora en la región, y en Berlín, donde el socialista Klaus Wowereit venció igualmente al partido de Merkel, que sufrió una verdadera sangría electoral.

Por tanto, la izquierda se rearma en Alemania, donde se augura una victoria del Partido Socialdemócrata en las próximas generales, pero también se ha producido una histórica mayoría absoluta en el Senado francés, por primera vez desde el nacimiento de la V República en 1958.

Durante bastante tiempo tuvimos que escuchar que en aquéllos países europeos donde gobernaba el Partido Socialista, es decir, Chipre, Eslovenia, Grecia, España y Portugal; la crisis económica arremetía con severidad a sus ciudadanos por la ineficacia de sus gobiernos para hacer frente a la misma, cuando precisamente justo lo contrario sucedía en aquéllos países de la Unión Europa con gobiernos conservadores.

Unos meses más tarde el axioma anterior se venía abajo cuando en Alemania, Francia y Dinamarca los ciudadanos, hartos de gobiernos de derechas que sólo en el recorte sin misericordia de las prestaciones sociales veían la solución al problema económico (sin conseguirlo tampoco, dados los resultados electorales que castigaban a los conservadores que estaban gobernando) volvían de nuevo a buscar los brazos de una socialdemocracia que recordaban más justa, equitativa y solidaria con aquéllas personas que peor lo estaban sufriendo.

Si tiramos de hemeroteca y contemplamos los avances sociales, derechos civiles y libertades públicas, que gobiernos del PSOE han traído a España, y que han definido la socialdemocracia, nos podremos dar cuenta de qué dirección es la que debemos tomar.

La dirección para hacer frente a la crisis, para salir de ella, será la diferencia que marque la próxima legislatura.

El Partido Popular no termina de desvelar su programa electoral de cara a las próximas Elecciones Generales, pero ya se está viendo cuál es el deterioro que se está produciendo en aquellas Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, como consecuencia de la implacable cirugía de recortes a que están sometiéndolas los gobernantes populares.