A Rosa Díez … por el poder de la palabra.

Dentro de unos días (29 de septiembre) hará un año, que algunos españoles, decidieron tomar partido. ¡Tomar partido! ¡Qué me gusta esa frase! Tomar partido es militar, es ponerse del lado de … , es concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto. Qué más alejado del domesticado comportamiento del que hacen gala los “grandes” (solo por tamaño) partidos de España. Hace algo menos de un año que en Unión, Progreso y Democracia hemos tomado partido por un compromiso por España y con los españoles, para reivindicar la convicción de que podemos ser ambiciosos y creer en una España mejor, más moderna, más unida, más igual, y porqué no más europea. Entonces eran solo ilusiones vertidas en parte en papel.

Hoy, no puede decirse que sean solo ilusiones, sino una realidad palpable el que unos cuantos ciudadanos y ciudadanas valientes, usando sus propios recursos, su tiempo personal y el de sus familias, se hayan atrevido a transmitir un mensaje progresista, laico y transversal, cuyo objetivo principal es proponer medidas que puedan solucionar los problemas de los españoles en el marco de la igualdad, pero no de esa igualdad metafórica y servil a los grupos de poder y a los nacionalismos. Hoy es una realidad el trabajo parlamentario bien hecho y el posicionamiento ideológico del partido. También es una realidad la solidez y la coherencia de la organización de UPyD.

No sé si somos los herederos de la “tercera España”, si somos “depositarios del espíritu de la transición”, si somos “un milagro laico”, o “españoles sin complejos”; pero lo que sí sabemos es lo que queremos: una España plural pero sin desigualdades manifiestas, una España común en la que para poder trabajar no haya que ser de un partido determinado, ser un paniaguado, o un pelota, o saber por fuerza una lengua que no sea el español; una España en la que para escolarizar a tus hijos no tengan que preguntarte en qué idioma, ni tampoco preguntarte porqué si somos un país que quiere ser puntero, hasta en alguna provincia de España llega el fracaso escolar al 50% y el nivel de pobreza a más del 30%.

Lo que queremos también es que los que dicen que nos gobiernan, y los que dicen que son la oposición a los que dicen que nos gobiernan, se comporten como cabe esperar. Gobernar es entre otras muchas cosas, llevar un barco a buen puerto, no es repartir los presupuestos del Estado entre los que seguro que nos van a votar para seguir en el poder; no es tampoco repartir con diferentes raseros y con diferentes medidas según seas andaluz, manchego, catalán, vasco o gallego…., no es revolver el pasado con los fantasmas de la guerra civil, eso no es gobernar. Gobernar es tomar medidas de gobierno para crear riqueza, hacer de España un país en el que cada vez nos sintamos más iguales, y también más europeos.

Por eso hacía falta Unión, Progreso y Democracia, porque parafraseando al filósofo, sabiendo hacia donde se va, siempre soplarán buenos vientos. Yo espero que ese viento, sea como el levante otoñal cuando sopla en el Estrecho con fuerza, para que pueda arrasar con la iniquidad en que se asienta la política española; y con dirección fija, la de la España del progreso y la igualdad, no la de la España del reparto torticero, de los cortijos vitalicios y del integrismo partidista.

Gracias, a tí Rosa, por liderar el que podamos poner nuestro granito de arena en este proyecto de futuro en el que nos comprometimos, y que un día decidirá el gobierno de España y de muchas de sus instituciones.