Mayda Daoud Abdelkader, diputada PSOE

Tras el último debate del Estado de la Ciudad en esta legislatura, cargada de polémicas, engaños y el más puro teatro jamás contado, necesitaba reflexionar en este pequeño espacio. 

Tres años de debates del Estado de la Ciudad eternos. Tres años escuchando y anotando siempre lo mismo. Las horas, el cronómetro y los apuntes juegan un papel principal, si hablaríamos de esto como uno de los tantos capítulos que conforman las sesiones plenarias.

El Pleno de la Asamblea debería ser el espacio donde los problemas reales, las situaciones insostenibles, los errores y las soluciones brillen con luz propia. Pero, una vez más, el Partido Popular lo ha vuelto a hacer: hablar, hablar y colocarse medallas pero ninguna propuesta. Ninguna.

Cuando hablo de propuestas, me refiero a las de verdad, las que necesitan transformar la realidad de nuestros ciudadanos y ciudadanas. Las que habéis obviado en todo este tiempo con vuestra ignorancia y falta de respeto hacia los ceutíes.

Propuestas que la oposición ha tenido la decencia de presentar, a pesar de las limitaciones en sus intervenciones, todo lo contrario que el Partido Popular que, si unimos la duración de todas sus intervenciones en el día de hoy suman 130 minutos de gloria.

Ni tan siquiera han tenido la elegancia de presentar una propuesta de resolución. El Gobierno que lleva 17 años colocándose las medallas y recordándonos, una y otra vez, que les tenemos que dar las gracias por la retahíla de “logros” que han conseguido desde hace década y media (y un poco más).

Si esperáis eso, os tengo una mala noticia. Ustedes les debéis una disculpa una ciudadanía que, en pleno SXXI, no encuentran ni una vivienda digna, ni una oportunidad laboral y ni tan siquiera el acceso a servicios básicos, teniendo que esperar meses hasta que les responden por el colapso administrativo y falta de personal, originado por su dejadez.

Menos méritos, menos “hemos hecho...”,”estamos en ello...”, y más voluntad, compromiso y gobernar con todas las letras. Gobernar por y para la gente. Primero Ceuta y luego los intereses partidistas.

Pero con ustedes, ¿en qué quedamos?