Los datos son alarmantes, el pasado año más de 180 menores fueron condenados por violencia de género, un 5% más que en 2012, y 3 de cada 10 mujeres (un 30%) entre 16 y 18 años dicen haber sufrido alguna vez acoso y vigilancia excesiva por parte de sus parejas.

Afirmaciones como "mi novio me ha visto conectada a las cinco de la mañana y me la ha formado" o "me siento muy observada y controlada" nos hace pensar en la gravedad del asunto, y es que es importante hacer llegar a las jóvenes que el control, ya sea del uso del móvil, las salidas a la calle, la vestimenta o las amistades, la vigilancia y los celos no son signos de amor, sino de violencia machista psicológica y social, y que si no es controlada y detenida a tiempo puede desencadenar actos violentos de mayor envergadura como maltrato verbal y físico.

Un 16% de jóvenes reconocen que han utilizado las redes sociales para controlar y vigilar a sus parejas. La mejor manera de detenerlo: La educación y la concienciación. Hacer reflexionar y hacer llegar a los jóvenes que la otra persona no es un objeto manejable, ni es nuestra, pudiendo manejarla ni presionarla para que actúe de una determinada manera, sino que es una persona que ha nacido libre, y puede elegir y decidir por sí sola que hacer, como vestir, que uso darle a su teléfono móvil, que amistades tener y cuando salir o entrar a casa, y que no tenemos, por tanto, que ejercer ese control excesivo y constante.

Los jóvenes se inician en las redes sociales e Internet cada vez con más corta edad, sin conocer todos los peligros de la red, sin tener constancia siquiera de a que niveles puede llegar a perjudicarlos en su vida una foto, un vídeo o tan solo un audio. Es por ello que la educación de los jóvenes en materia de redes sociales, Internet, y violencia de genero debe de estar a la orden del día para los gobiernos, y así lo reivindicamos las JSCE, para así lograr paliar estos graves y preocupantes datos.