Sánchez y Feijóo, durante el debate organizado por Atresmedia
Sánchez y Feijóo, durante el debate organizado por Atresmedia

Vista la mandanga que tenemos liada con el tema de las elecciones sería fácil dedicarle otro artículo al temita, pero sería simplemente un artículo más y no me apetece. Déjenme no obstante, y a modo de recordatorio, porque parece que muchos olvidan lo obvio, que España es un sistema parlamentario, donde gobierna no el que gana las elecciones, sino el que consigue más apoyos, y quizás, solo quizás el PP debería preguntarse, en vez de seguir haciendo el ridículo, porque su único apoyo es el de Vox, si quieren mirárselo. Porque además, resulta y leo y escucho con risa floja, que solo puede gobernar la lista más votada cuando gana el PP. Esto en Valencia, Extremadura, Baleares y cientos de municipios no vale e invertimos la regla y aquí paz y después gloria. Alguien, por ejemplo, debería recordarle a Ayuso que no ganó las elecciones hace 4 años y que la ganadora, Carmena, la misma noche de las elecciones se apartó. Esto vale, digamos también para, déjenme pensar... Moreno Bonilla en Andalucía hace 4 años también. La memoria y sus lagunas.

Dejando de lado las ocurrencias de Vox (busquen socialistas "buenos") y el ridículo del partido cuyo líder tiene un amigo "contrabandista que no narcotraficante", una noticia y, sobre todo, una imagen me dejó muy mal cuerpo.

Han pasado ustedes o recuerdan haber pasado alguna vez calor, mucha calor, sed, mucha sed. Yo sí, hace muy poco. No se me ocurrió otra cosa que hacer unos kilometrillos en el camí del cavalls en Menorca. Les hablo de hace tres semanas, con la ola de calor en su apogeo. A eso de las 2 de la tarde, sin árboles, en un camino de piedras, sin agua, tras varios kms de "paseo", sentí sed, calor, frustración, y les hablo sabiendo que no me quedaba mucho para llegar a algún sitio "habitable". Menos mal que Eu soportó estoicamente el suplicio y las penurias entre dos son más llevaderas. Bien, puesta situación, que no deja de ser una anécdota (nada que no se mejorase con agua, un taxi y una paella), me hizo pensar en el infierno que tuvieron que vivir una madre y su hija en el desierto de Libia. Muertas, abrazadas,  deshidratadas, achicharradas, olvidadas, en una imagen que debería darnos auténtica vergüenza. Mientras que la Unión Europea mira para otro lado, suelta millones a Túnez para " controlar" la inmigración, que no deja de ser un eufemismo de "coge el dinero pero cuantos menos lleguen a Europa te lo agradecemos", Túnez los deja a su suerte en medio de un desierto infernal simplemente para dejarlos morir, los ejecutan. Siempre me he preguntado qué clase de entrañas hay que tener para hacer cosas así, y cómo pueden dormir los que toman esas decisiones.

Solo me alivia el hecho de pensar que personas como esa madre y su hija de 4 o 5 años ya no van a ocupar mi casa si llegasen a España, ni mucho menos me van a quitar el trabajo, menos mal, porque, reconozcámolos, estas personas con ese nivel de castellano que tienen y con esas titulaciones, son un auténtico peligro para la estabilidad laboral de los españoles. Se rumorea que en las empresas del ibex los puestos directivos empiezan a estar ocupados por personas de Senegal, Burundi o Níger. Así que nada, por un lado, además, dos delincuentes en potencia menos, porque ya sabemos que estas personas son en su mayoría delincuentes y que en vez de quedarse en su países, donde reina la paz, la tranquilidad y la estabilidad, se dedican a cruzar desiertos con o cruzar mares para venir aquí a dar por culo, y cobrar páginas mientras nuestros abuelos solo tienen pensiones miserables (eso sí, revalorizadas siempre por el PP como dijo Feijóo, al IPC) Al menos en ese sentido, me quedo más tranquilo, y a las malas recurro al argumento supremo y con el que se deja a la gente sin respuesta posible porque te deja sin réplica posible cuando de este tema se habla: "si tanto te preocupan, llévatelos a tu casa".

No sé si existe un Dios ni de que religión será, pero si existe espero que al menos alguno de ellos haga cumplir aquello de "bienaventurados los que sufren porque de ellos...".