Paralizados algunos "retornos de menores no acompañados a Marruecos", eufemismo para hablar de expulsión, ni siquiera los expertos parecen ponese de acuerdo con la legalidad o ilegalidad de estos "retornos".

Para empezar diré que este Ministerio del Interior que tenemos hoy día, me parece de los más opacos y oscuros de toda la democracia, y encima su titular fue juez... A ver, no soy un experto ni mucho menos en la materia pero si la ONU, el Defensor del Pueblo y la Fiscalía, (ONGs) apartes..., se oponen a esos "retornos" algo chirría en el asunto, ¿No creen? No son mi primo, mi vecina y mi cuñada los que se oponen.

Yo, Salvi, cuando me cruzo con ellos por la calle, yo, lo primero que veo son niños. Es como si veo a un perro abandonado, lo primero que veo es un perro, no sé si muerde, si es malo, si tiene la rabia, veo un perro. Bien, pues lo primero que veo son niños. Si luego veo que algunos de esos niños hacen cosas fuera de lugar, lo que veo son niños que hacen cosas fuera de lugar. No sé si me entienden. No prejuzgo.

Cierto es que tener hijos que puedan ir por la calle solos puede generar intranquilidad a los padres. Sería cínico y mentiroso si dijese que no es humano ese sentimiento innato de miedo, porque, evidentemente, donde hay tantos niños es probable que alguno se salga del tiesto, claro. Con lo cual la idea de "si los echan a todos me genera más tranquilidad", como padre/madre la puedo entender. Muerto el perro...

La pregunta es, ¿alguna vez cuando nos cruzamos con esos niños pensamos que si nuestros hijos hubiesen nacido en las circunstancias que nacieron y fueron educados esos niños serían igual que ellos? Si mi hija Marta, Pedro, Antonio, Carmen, hubiesen sido educados como ellos fueron educados, ¿serian hoy Marta, Pedro, Antonio o Carmen? Yo digo que no.

¿Quiero esto decir que estoy justificando los comportamientos fuera de lugar o delictivos de algunos de estos menores? Bien, no han entendido nada pues.

Solo digo que no quiero ni imaginar el calvario, la falta de amor de unos padres, la falta de cariño, la ausencia de unos patrones mínimos educacionales, la ausencia de la cobertura de unas necesidad mínimas (comer, vestirse, etc), ni imaginar digo, cómo tiene o tuvo que ser ese calvario para que unos niños lo dejen todo y sean capaces de cruzar solos a otro país jugándose la vida, terrible. Una vida miserable.

Nuestros hijos, espero, comen tres veces al día, se tiran en el sofá con su móvil a ver Netflix, se levantan para ir a la cocina a coger un paquete de galletas, beben agua fresca del frigorífico, se duchan cuando les apetece, duermen en una cama cómoda, tiran comida porque no tienen hambre... Y yo me alegro, claro. ¿Han tenido estos niños estás cosas básicas?

Otra cosa sería hablar del reino de Marruecos...y de las relaciones de nuestro gobierno con dicho reino, pero eso lo podemos dejar para otro día porque da para tres artículos.

No, claro que no soy ni mejor ni más bueno que nadie, pero podríamos intentar ser más humanos, y todo ello, como dije arriba, con la absoluta compresión de la sensación de miedo que pueden experimentar muchas personas. Y que conste que no me he centrado en el aspecto jurídico del asunto, porque lo que sí sé es que estamos incumplimiendo leyes nacionales yconvenios internacionales, pero solo miramos las cosas desde el punto de vista de las emociones, sin pensar que nos rigen unas leyes que no pueden aplicarse solo cuando nos convengan......

"Dejad que los niños se acerquen a mí..."

En fin, espero que estos niños tengan más suerte en sus vidas. 

Y que no se me olvide, hoy es un día especial. Felicidades, Eu. Te quiero.