Si los padres son tontos, los hijos saldrán...

S.J. UVE


Conste, como siempre, y haciendo caso a mi amigo Fermín, que como no tengo hijos, cada vez que hablo de hijos lo hago desde la ignorancia de no ser padre y de no haber tenido que educar.

Dicho esto, y con independencia de creer como educaría a mis hijos si los tuviese..., al menos me permito opinar sobre lo que veo y sobre lo que me ocurre cuando, de alguna manera, me afecta la educación que los padres dan a sus hijos, todos verídicos.

Caso 1: Playa de la ribera, Ceuta (51001), 18.00 horas. Allá que me voy a dar un bañito, ventajas de tener la casa cerca, y cojo mi toalla y tiro pallar (está mal escrito pero "pallar" tiene historia) Me meto en el agua, na, 5 minutos y cuando salgo 6 niños, 6, como los carteles de las corridas, están jugando al lado de mi toalla, incluso uno de los querubines pisa la toalla.

Primero me quedo mirando atentamente viendo la reacción de una pareja, imagino que padres de alguno de los niños, pudiese tener. No, no hay reacción. A esto que digo (irónicamente), "bueno, chavales, ¿puedo jugar con vosotros? Los padres escuchan la pregunta y dicen: "Borja, Pelayo, echaos pacar (también sé que está mal escrito).

Borja y Pelayo...playa de la Ribera, no Manué y Joselito, no, Borja y Pelayo. En fin, y a renglón seguido la madre de Borja y Pelayo, muy arreglada ella en la playa me hace una pregunta apoteósica: "¿te han invadido, no? "No, señora, salvo por el hecho de que me han pisado la toalla, no, pero no se preocupe, que yo me marcho ya" (soy de baño, pelín de sol y pa casa) Y me fui. Allí que dejé a Borja y Pelayo con los amiguetes jugando.

Caso 2: avión Málaga-Edimburgo, Ryanair, vuelo 5664. Me siento, llegan dos chavales, pongamos 7 y 14 años, se sientan a mi lado. La madre, seis filas más adelante, el padre, siete filas atrás, mucho rollo, mucha ropa cara pero pagar los asientos para estar juntos no, mejor asientos aleatorios que son gratis y si mis hijos dan por culete que se joda el que les toque. Existe una frase maravillosa que me encanta en boca de los padres para justificar que no saben educar: "es que son niños".

Se pasaron las criaturas las tres horas peleándose por la tablet, meneo pacá, meneo pallá, una tortura, mientras que la madre, de vez en cuando con gestos, como si de lengua de signos se tratara, intentaba calmarlos. Claro, señora, porque levantarse de su asiento, venir, y decirles a sus hijos que no molesten, no, eso no, pa qué? Si el por culo (comida a parte, se hartaron de galletas y patatas de bolsa), me lo estaban dando a mí.

Caso 3: Barco FRS, 17.00 horas, sale con casi dos horas de retraso por la niebla (dato intrascendente), detrás mía una pareja con dos perros que parecían de plástico, no se movían. Más atrás en un lateral, otra señora con un perro de agua marrón, un cachorro precioso. Y delante de mí un matrimonio con dos niños, pongamos 5 y 8 años. Se pasaron todo el viaje los niños corriendo, gritando, asustando a los perros que, a veces, ladraron y la gente se asustó con los ladridos, mientras que él, padre, se atiborraba de comida y ella, madre, no apartaba la vista del móvil, ajenos al por culo que daban los niños, por culo del que éramos conscientes todos los del barco, menos los padres. Me faltó na pa decirles algo yo, no los dueños de los perros, pero pensé, "aguanta, no va contigo".

Y además, a mí, que odio las discusiones, me dio por pensar: "¿Para qué le vas a decir algo? ¿Para que te contesten mal? O lo que es mejor, ¿para que te digan esa fantástica frase, en vez de pensar que a los hijos se les corrige desde pequeños, esa frase maravillosa que todo lo puede? “es que son niños...”

Mi padre me iba a dejar a mí hacer algo parecido en los tres casos explicados, seguro...Ni hablarnos, solo nos miraba. Pero bueno, los tiempos cambian y los niños siempre serán niños.