birthday

Happy birthday, Leonard

Emoción es la palabra que mejor define lo que se vivió anoche en el Palau Sant Jordi. Una emoción intensa y expansiva originada por un puñado de canciones eternas salidas de las entrañas de un cantautor canadiense que esa noche celebraba su 75 aniversario. Leonard Cohen decidió celebrar una fecha tan señalada en el escenario olímpico barcelonés y las 12.000 personas que prácticamente lo llenaban (se colocaron sillas en la pista reduciendo así el aforo habitual) se lo agradecieron con una ovación de gala cuando apareció trajeado de oscuro, sin corbata y con el sombrero calado hasta los ojos. Dance me to the end of love marcó un inicio ya en lo más alto. Al finalizar la tercera canción todo el Sant Jordi en pie le entonó el inicio de un emotivo Happy birthday, que acabó en una larga ovación.

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