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'Il cavallino' se viste de seda

Al igual que ocurre en Silverstone con los equipos de fórmula 1 que tienen la sede en Gran Bretaña, que son la mayoría, la hinchada de Ferrari acude en masa a Monza, la catedral de la velocidad, un circuito emplazado a menos de dos horas en coche de la sede de la Scuderia, en Maranello. La marca de los bólidos de il cavallino rampante despliega todas sus artes de persuasión. Más allá de los intereses deportivos, que en este caso son inherentes a su ADN, la compañía tiene especial mimo en el factor comercial, de modo que emplea este evento para vender su producto: normalmente, el Gran Premio de Italia se celebra pocos días antes de la feria del automóvil, que en este caso tendrá lugar en Frankfurt. La semana pasada presentó en su cuartel general y para sus clientes, su último superdeportivo, el 458 Spider, y muchos de los interesados han sido invitados a Monza, donde probablemente se cerrarán varias ventas.

El Cavallino mueve 300 millones

Apenas veinticuatro horas después de que Fernando Alonso se estrenase en Ferrari con una victoria, el Banco Santander estimó que ya había recuperado 25 de los 40 millones que ha invertido este año en el patrocinio de la escudería italiana. Sólo en España, ocho millones de personas vieron cruzar la línea de meta al asturiano por la televisión. El hechizo de Ferrari alcanza de lleno a la economía. El «Cavallino rampante» mueve más de 300 millones de euros en publicidad cada vez que su coche arranca. Las grandes cifras son patrimonio de la F-1. También parte de su aureola de exclusividad. El vox...
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