desvergüenza

Desvergüenza e hipocresía

El progresismo español desespera tras comprobar en los últimos meses, que las medidas adoptadas por el Gobierno del Partido Popular ofrecen resultados positivos a pesar de la complejidad de la situación heredada.  No podemos olvidar que el Gobierno anterior se vio abocado  a adelantar las Elecciones Generales por incapacidad manifiesta. Un Ejecutivo progresista que llevo al país a la mayor ruina de nuestra historia democrática, incluso mayor que la propiciada por el líder ideológico del progresismo español, Felipe González. 
Es momento de recordar como quienes hoy acusan al Partido Popular de engañar a la ciudadanía,  negaron durante meses  los primeros síntomas de una crisis económica que acechaba a la economía española. Una crisis económica que fueron incapaces de afrontar,  llevándonos a las peores cifras macroeconómicas.  Un Gobierno progresista que desatendió cada una de las recomendaciones efectuadas por nuestros socios europeos con la única intención de frenar la sangría socio económica. Quienes hoy critican al equipo popular  fueron incapaces de adoptar aquellas medidas que otros países europeos habían adoptado años atrás, y cuando finalmente lo hicieron, perpetraron el mayor ataque al estado del bienestar de los últimos años.
La desvergüenza del progresismo español no tiene parangón, la hipocresía se ha generalizado  en una izquierda  que hoy crítica en las calles lo que no fueron capaces de reivindicar a sus dirigentes cuando durante siete años ininterrumpidos ostentaron responsabilidades de Gobierno. Un progresismo que comprueba apesadumbrado como las medidas impopulares adoptas por el Ejecutivo del Partido Popular aportan los resultados deseados desterrando definitivamente los argumentos a sus críticas, las cifras así lo atestiguan.    Medidas que se han puesto en marcha ahora como consecuencia de no haberlas adoptadas en los últimos años. Sin ninguna duda, desvergüenza e hipocresía.

"El presidente Saakashvili basa su poder en la desvergüenza"

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, basa su poder en la "desvergüenza", en recursos poco controlados por sus donantes occidentales, en el dominio de los medios de comunicación y en la violencia policial. Así lo manifiesta a EL PAIS, la ex jefa del parlamento y ex presidenta en funciones, Ninó Burzhanadze, que fue aliada de Saakashvili en la Revolución de las Rosas en 2003 y hasta abril de 2008, cuando dimitió al frente del Legislativo.Burzhanadze, conocida por su moderación, es hoy muy critica con su antiguo socio y se irrita con los occidentales reacios a creer que la arbitrariedad policial llegue tan lejos en un país tan amable como Georgia.

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