Real Sociedad
Un mes y medio después de que la Real comenzara a negociar su fichaje y más de tres semanas después de que aterrizara en Donostia con el objetivo de concretar su contratación, Carlos Bueno se convirtió por fin ayer en el cuarto fichaje de la Real para la próxima temporada. Después de una madrugada intensa, de intercambio de documentación con el Peñarol, la entidad de Anoeta pudo por fin anunciar a mediodía de ayer la ansiada contratación. Ahora, como el propio internacional uruguayo admitió ayer, queda que responda con goles.
Bueno, en principio, llega en calidad de cedido por Peñarol para esta temporada, "sin opción de compra", según matizó Aperribay que no descartó que ésta se negocie según avance la temporada. Aunque no quiso desvelar los términos económicos de una operación compleja en la que tanto Peñarol como el agente del jugador, Paco Casal, poseen parte de los derechos del futbolista, dejó entrever que la Real no paga por la cesión y que sólo le cuesta el salario del jugador. En cualquier caso, el mismo precio que se pactó desde un principio, según aclaró el presidente realista.
Tranquilos pese a la demora
La Real no ha perdido la paciencia en esta compleja operación ya que según Aperribay "sabíamos que los tiempos del fichaje eran los que han sido". Una dilación en el tiempo poco habitual ya que hay que recordar que la Real se interesó por Bueno a principios de julio, el 24 de julio aterrizó en Donostia para pasar la revisión médica y, en principio, acometer una firma que se ha hecho esperar hasta el 18 de agosto. En medio, el 30 de julio, empezó a entrenar con permiso de su club de origen para ir adaptándose. Aperribay justificó todos estos retrasos por "los problemas contractuales que había que solventar entre Peñarol y su agente. Nunca por desacuerdos con nosotros".
Llegados a este punto y tras mucha espera, al futbolista no le quedó otra que mostrar su "agradecimiento a todos los que han hecho el esfuerzo para que esté aquí. La acogida ha sido espectacular".
Pese a la sensación de tranquilidad que ofreció el presidente -justificada porque todo ha salido al final según lo pactado y previsto-, Carlos Bueno reconoció que él lo ha pasado un poco peor. "Han sido unas semanas de nervios, de ansiedad, en las que tampoco quería preguntar todos los días. La tranquilidad me la ha dado el apoyo que he tenido de todo el club. Me siento muy cómodo en la Real".
Finalmente el internacional uruguayo admitió que "todo ha terminado bien" y, por tanto, fue un acierto adelantar su viaje pese a no contar oficialmente con ficha. "Quise venir antes para agarrar el feeling con los compañeros y ahora espero disfrutar dando lo mejor de mí".
Su obligación, meter goles
Estas semanas de incertidumbre han aumentado la presión en torno a un Bueno que aportará "humildad, mucho trabajo, entrega y cariño a mis compañeros a los que defenderé desde donde esté".
En cualquier caso, el delantero sabe que "siendo delantero mi obligación es meter goles, es obvio, aunque el primer objetivo es ascender".
Goles que deberá sumar no sólo para ascender, lo que se espera de él, sino para responder a la confianza que Lasarte ha depositado en su persona. "Ha apostado por mí casi sin conocerme. De hecho en Uruguay fue muy criticado por pedirme. Le estoy muy agradecido, dispuesto a darlo todo. Le debo mucho y trataré de responderle con goles".
Y es que el técnico realista ofrece a Carlos Bueno una segunda oportunidad en Europa que el delantero afronta "con la misma responsabilidad que cuando fui a Francia, donde no tuvo la continuidad deseada. Tuve una sanción de la FIFA de seis meses y, además, la adaptación en Francia fue difícil", argumenta para explicar su escaso rendimiento.
Del PSG se fue al Sporting de Lisboa donde "no me fue mal pero el alto precio de mi opción de compra frustró mi continuidad", dijo. "Ahora tengo la ilusión de subir a Primera con la Real". Sea