- martes 14 mayo 2024
El AZ Alkmaar consiguió hoy un agónico empate ante el Arsenal al conseguir igualar en el descuento un tanto que había marcado el español Cesc Fábregas en la primera parte. El equipo londinense, que contaba ya con la victoria para consolidarse como líder en solitario del grupo H de la Liga de Campeones, sufrió al final el empuje a la desesperada del campeón holandés de liga.
El Arsenal controló la mayor parte del encuentro, con Fábregas como director de orquesta al mando de las operaciones de ataque y una defensa que apenas permitió moverse a los atacantes locales, que cayeron sistemáticamente en el fuera de juego. Ya en el minuto 8, un rápido contraataque visitante habilitó al holandés Van Persie, cuyo duro disparo dentro del área fue atrapado por el guardameta local, el argentino Sergio Romero. Por el lado del AZ, su único disparo a puerta de la primera parte no llegó hasta el minuto 25, cuando El Hamdaoui lanzó demasiado alto un buen servicio de Mendes da Silva.
El Arsenal, que realizó una presión adelantada sobre los defensas rivales, logró el fruto de esta estrategia cuando Arshavin robó un balón al lateral derecho Moisander, envió en profundidad a Van Persie y éste no tuvo más que ceder a Cesc para que marcara a puerta vacía. A partir de ahí, los hombres de Arsene Wenger continuaron controlando el partido, con varias ocasiones de Van Persie, quien volvió a encontrarse en un par de ocasiones con el acierto de Romero. El Arsenal apenas se inquietó en la segunda parte, en la que controló el ritmo esperando dar una puntilla que no llegaba, mientras que los jugadores de Ronald Koeman se estrellaban frente al muro visitante sin apenas crear ocasiones.
El equipo londinense tan solo pasó apuros en un despeje equivocado de Diaby que se fue muy cerca del larguero y una acción del mexicano Moreno que salió cerca del poste izquierdo de Vito Mannone. Y cuando ya se intuía el final, en el minuto 92, un balón largo al área del Arsenal permitió al belga Moussa Dembele conectar un remate imparable que causó el éxtasis entre los jugadores y aficionados locales.
Ayer se cumplieron 30 años de la inauguración de La Masia como residencia de futbolistas, ahora convertida en símbolo del triplete, del mejor Barça de todos los tiempos y en denominación de origen de un estilo propio de juego de ataque, de fútbol-control y de espectáculo. A la fiesta del próximo viernes no ha sido invitado quien la pensó, la promovió y la creó en 1978: Jaume Amat i Curto, quien a sus 82 años admite ser "la persona que más se emocionó la noche del 27 de mayo en Roma viendo como la mayoría del equipo azulgrana se había formado en La Masia. Cuando la proyectamos y la pusimos en marcha soñábamos con un gran futuro pero desde luego nunca con algo tan grande. Lo que yo disfruté personalmente en Roma no se puede explicar".
Feliz, satisfecho y orgulloso. Así se siente Jaume Amat, inalterable al hecho de no haber sido invitado a este aniversario. "Hombre, sorprende, pero uno se acostumbra a ver tanta gente que se ha colgado medallas que no tiene más importancia", dice recordando que "conseguir la residencia resultó tan sencillo como pedírselo al presidente que había salido electo en 1978, o sea Josep Lluís Núñez". Amat se había comprometido con la candidatura de Víctor Sagi, que acabó renunciando. "Entonces, tanto Núñez como Ariño me invitaron a incorporarme. Con ambos mantenía muy buenas relaciones. Como les apreciaba y agradecía su interés les respondí que ya había hecho el ridículo una vez y que no haría campaña, pero que iría encantado con quien ganase. Núñez ganó y fui nombrado responsable del fútbol base. Me reuní con Oriol Tort y le planteamos a Núñez la necesidad de disponer de una residencia que solucionase tantos problemas de horarios, comidas, control, estudios, etcétera. Todo eran ventajas. El presidente dijo que adelante, aprovechando que se proyectaban nuevas oficinas en la zona del Palau. Fue cuestión de un minuto".
La inversión inicial
El coste no fue excesivo. "La verdad es que vino a salir por lo mismo que nos gastábamos en pensiones. Además, éramos muy ahorradores comprando, nos salían las cuentas a final de curso sin perjuicio de la calidad de todos los servicios ofrecidos a los chavales. Naturalmente, Núñez estaba tan entusiasmado como lo pintan en el 'Crackòvia'. Mire, un día repasé las cuentas y me di cuenta de que gastábamos medio millón de pesetas en agua mineral a base de botellines. Compramos una máquina filtradora y nos ahorramos casi ese medio millón. Entonces, el presupuesto del fútbol base era de 20 millones de pesetas (120.000 euros). Por su parte, el primer administrador, Xavier Comenges, iba de mercado en mercado buscando el mejor precio de las patatas, que comprábamos por kilos y kilos. Era un fenómeno. Así prosperó La Masia, controlando los gastos pero trabajando mucho. También le puso un entusiasmo infinito el doctor Carles Bestit".
Jaume Amat presidió la comisión que puso en marcha La Masia, integrada por directivos, técnicos, médicos y administradores. Por aquel entonces, sólo la escuela de Vichy, en Francia, disponía de unas instalaciones parecidas pero con un enfoque distinto, dirigido por la Federación Francesa.
Finalmente, se inauguró un 20 de octubre de 1979. "Recuerdo con claridad la primera noche, todos pendientes de los detalles. Fue muy emotivo porque incluso vinieron algunos padres, de Manolo y de Pedraza recuerdo. Procuramos tener en cuenta todos los aspectos, sobre todo los formativos y educativos. Los técnicos estaban en las buenas manos de Jaume Olivé y Oriol Tort, dos fenómenos. Recuerdo que ambos vinieron un día entusiasmados a mi despacho: "Tenemos a un crack entrenando abajo", me dijeron. "Pues ya lo podéis fichar", les respondí. La verdad es que nunca demostraban el menor entusiasmo por ningún jugador, así que pensé "debe ser muy bueno si estos dos están así de contentos". Resultó que era Guillermo Amor, que entró en la primera hornada. A lo largo de los años sólo les vi tan seguros conGuardiola. Tort decía que sabía si un futbolista sería bueno viendo cómo se ataba las botas. Era una exageración, pero en cierto modo era así".
La carta a los padres de Amor
Sobre Amor, Amat fue el primero que se entrevistó con los padres, a quienes además envió una carta personal en la que "les explicaba que cuando yo estudié de joven una ingeniería industrial tuve que ir a Madrid y que era capaz de comprender todas sus emociones, temores e inquietudes, pero que yo me responsabilizaba de que cuidaríamos de él. Años más tarde me dijo su padre que esa carta influyó mucho en el 'sí'. Fue la primera vez, pero no la última, que La Masia convenció a un crack para ir al Barça. Les enseñabas las instalaciones y se quedaban. Que recuerde, sólo Pardeza visitó La Masia y luego fue al Madrid. Con todo, nos consta que hubo dinero de por medio. En aquella época no se pagaba a los jugadores ni a los padres, pero el club garantizaba su formación íntegra".
En dos meses se hicieron las obras, se compraron las camas, las mesas, las sillas, todo lo necesario para habilitar la residencia como tal: "Ahora espero que la nueva residencia de Sant Joan Despí esté acabada pronto, es bueno que esto se modernice. Yo pido que lleve el nombre de Oriol Tort".
La cuestión es si pudo influir tanto el hecho de agrupar a los futuros futbolistas en un lugar como La Masia. "La verdad es que sí, lo cambió todo. Sobre todo la coordinación en el trabajo y el efecto positivo de la convivencia, unos se van a ver a otros cuando juegan, hay un espíritu propio, ese espíritu de La Masia, ese espíritu de club que exhiben los que han pasado por allí; me refiero a los Amor, Guardiola, Puyol, Iniesta