La prisión de Evin, al norte de teherán, fue escenario de dos nuevas ejecuciones. Los ciudadanos iraníes Ali-Akbar Siadat y Ali Saremi murieron en la horca por su presunta colaboración con los servicios secretos de Israel, el primero, y con el grupo de los Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo), organización opositora al régimen islámico, el segundo. Con estas dos ejecuciones se eleva a trece el número de reclusos ajusticiados en Irán en la última semana, ya que el pasado martes Irán ahorcó a once personas acusadas de colaborar en los últimos atentados del grupo radical suní Yondolá en la pr...