Ni que sí, ni que no, ni todo lo contrario. PP, PSOE y Gobierno de la Ciudad continuan jugando al gato y ratón sobre la posible reforma del Estatuto de Autonomía de Ceuta. Si hace unos días el presidente Juan Vivas y el delegado José Fernández Chacón daban a entender que de Estatuto para 2009 nada de nada, ahora el vicepresidente Pedro Gordillo dice que sí, que quiere hablar con todos los partido y reabrir el diálogo para la reforma. Conversaciones en las que tendrá que contar obligatoriamente con su aliado en el infame pacto de Fitur, el PSOE, cuyo secretario general en Ceuta, José Antonio Carracao, ya avisa: hablar de la posible reforma no está mal, pero tampoco hay que obsesionarse, porque que Ceuta se convierta en comunidad no es ni mucho menos "la panacea".

Tan sólo un día después de que la oposición amenazase con llevar a los tribunales posibles irregularidades en la gestión y tramitación de reclamaciones del recibo único, el Gobierno ha acudido en defensa de la impopular medida. Aunque eso sí, lo ha hecho de forma un tanto curiosa. La portavoz, Yolanda Bel, ha negado las acusaciones de la oposición y ha explicado que el Gobierno trabaja en la mejora constante del cobro, ya que nunca han dicho "que sea la panacea".