El Gobierno ha irrumpido en los últimos días en el relevo de Juan Ramón Quintás como presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) para tratar de imponer a un candidato acorde a sus intereses, y que sea el encargado de pilotar la reestructuración del sector. El actual presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, tampoco acepta que Amado Franco -el presidente de Ibercaja y hombre de consenso buscado por Quintás para sucederle- sea el elegido para pilotar la reestructuración del sector y para encauzar la futura reforma de la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorrros (LOR...

El presidente de la asociación que agrupa a las cajas españolas, Juan Ramón Quintás, se ha quedado solo junto al PP en su reflexión de que el Gobierno debería convocar elecciones anticipadas si no logra un gran acuerdo para superar la crisis. Su homólogo al frente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, aunque ha coincidido con Quintás en que es necesario llegar a pactos para acometer reformas estructurales, ha declarado que adelantar los comicios es una "decisión política". "Yo no puedo entrar en ese tema", ha añadido el presidente de la CEOE antes de explicar que "pueden adelantarlas o puede continuar su mandato como es lógico porque nadie se lo puede impedir".

La situación financiera de las cajas de ahorros se deteriora a toda velocidad, mientras los gobiernos autonómicos se preocupan de ver si el fondo de rescate de entidades les quita o no competencias. Ante la parálisis que sufre el sector por la ingerencia política, Juan Ramón Quintás, presidente de las cajas, ha cargado hoy con enorme dureza contra los políticos y los ejecutivos autonómicos, que están vetando fusiones. Durante la presentación de resultados del primer semestre, les ha llamado "órganos extraños a las cajas", "perturbadores" y les ha acusado de "frenar oportunidades de fusión que ya probablemente no se harán" (en velada referencia a Caja Sur con Caja Murcia). También les ha recordado que son responsables de las entidades con problemas porque tienen capacidad de supervisión, un disparo que puede poner nervioso a más de uno o una.