rebato

El PSOE saca toda su artillería y toca a rebato contra la abstención

Felipe González insinúa que el Partido Popular intentó que ETA retrasara el anuncio del final del terrorismo

La sensación de un viaje en el túnel del tiempo resultó inevitable. Por el escenario del antiguo velódromo del santuario socialista de Dos Hermanas, desfiló lo más granado de la quinta del 82: Felipe González, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996; Alfonso Guerra, su vicepresidente hasta que se consumó el divorcio en 1991; José Antonio Griñán y Alfredo Pérez Rubalcaba, nombrados ministros en 1992. Hoy, el patriarca González es el primer reservista del PSOE; Guerra aún está inscrito entre los regulares, como cabeza de lista por la capital andaluza -la única provincia de esta comunidad donde ganarían los socialistas, según el CIS-; Griñán todavía podrá apurar unos meses su mandato como presidente de Andalucía, pero, si se consuma el batacazo, tendrá que responder como secretario regional; y Rubalcaba es el encargado de intentar evitar el naufragio que se anuncia desde todos los faros demoscópicos.

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