Sacó Lobera un equipo para no hacer experimentos y lanzó la primera señal de que no cabía la relajación que precede al desastre. El objetivo era garantizar la eliminatoria ante un rival menor, de tercera división, séptimo en el mismo grupo en el que transita con pena el Murallas.

Y el objetivo quedó garantizado y cerrado a la media hora de juego. Los locales ganaban para entonces por dos goles a cero. Y más allá del resultado el nivel de juego mostrado por los dos conjuntos señalaba al Ceuta como semifinalista de la Copa Federación.

Una gloria que está premiada con 12.000 euros para el club. Si se logra pasar la siguiente eliminatoria el premio asciende a 36.000 euros y si se gana a 90.000. ¡Qué bien le vendrían a las arcas del club!

Volviendo al partido. Poca historia. En los cinco primeros minutos el Ceuta dispuso de tres ocasiones claras que de haber estado un poco más entonados de cara al gol, habrían cerrado el choque. No importó. En el minuto diez, un balón el largo desde la zaga sorteó a todo el Alcalá. Diego Segura controló con la espalda. Y la ‘espaldinha’ buscada o encontrada le salió perfecta. Le sirvió para sortear al último defensa y dejarse la pelota orientada hacia la meta del Alcalá. Ya en el área grande le salió al paso el guardameta Isaac, Diego Segura, aprovechó la falta de sotana y la pasó por debajo de las piernas del portero en lo que fue el primer y precioso, bello, gol de la Asociación Deportiva Ceuta en la fría y desangelada noche ceutí.

Siguió jugando el Ceuta. No demasiado preciso. No demasiado presuntuoso ante un rival inferior. Tiró de oficio. De profesionalidad. De respeto al fútbol. Y zanjó la cuestión en el minuto 28. Germán se alzó como a cámara lenta entre la nube de defensas. Llegó más rápido y más alto que ninguno de los rivales a cazar el centro con la testa. Y tuvo tino para orientarla y ponerla en la escuadra derecha de Isaac que encajaba su segundo gol de la noche a la salida de un corner.

La primera parte transcurrió sin más. Tuvo el Alcalá un par de ocasiones, pero las atajó bien Relaño. Algo tímido, inseguro e impreciso, pero suficiente para esta noche.

Ya en la segunda parte se remitió parecido guión. El Ceuta sin jugar demasiado bien continuó generando ocasiones. Tuvo una Elvis que la estrelló contra el portero justo antes de ser cambiado por Fernando, que dispondría de dos ocasiones francas, sólo ante el portero. Una se la paró el meta del Alcalá. La otra la tiró fuera por poco. Antes de eso y por si había dudas. Añete, que entró al descanso desde el banco marcó el tercero. Sólo iban cuatro minutos de la segunda parte.

No apretó más el Ceuta. No quiso más sangre de la necesaria. Tampoco hizo más el Alcalá, que eso sí, se encontró con un penalti claro en el minuto 61 cometido por Samu. Lo marcó engañando al portero Carlos. Definitivo 3 a 1. 6 a 3 en el global de la eliminatoria. Nada más.

El equipo dio la talla. Cumplió el trámite. La afición volvió a fallar. Apenas centenera y medio de fieles en la grada. La noche, el frío, el día, el rival, la competición… Todo jugaba en contra, salvo la entrada: gratis para los abonados, mujeres y menores de 14 años. Nadie respondió a la llamada. Triste aspecto el del Murube. No tiene tirón el Ceuta.

Aún así, sin respaldo en el graderío, el equipo está ya en semifinales de la hermana pobre de la Copa del Rey. La misma en la que esta noche juega un equipo de la misma categoría que el Ceuta llamado Mirandés y que hace soñar a propios y extraños con que la mitología del fútbol, caricaturizada por las frases hechas e insustanciales de toda la vida, la primera la de “no hay rival pequeño”, sigue viva.

Y la Copa Federación a estas alturas tiene un jugoso premio para esta categoría. El Ceuta espera ahora compañeros de bombo para comenzar a barruntar por donde irán los tiros y los kilómetros. Casi cualquier opción parece mala o malísima. Lo tiene hecho el Teruel que ganó en la ida por 4 a 0 al Racing de Santander B. Apunta el Rayo Vallecano B, que ganó en la ida por 2 a 1 al CD Benissalem (este quizás es el menos malo de los desplazamientos). La otra eliminatoria está empatada a dos, entre el Tudelano y el Lemona, más lejos que Teruel, pero mejor comunicadas cualquiera de las dos localidades.

El Rayo B, transita tercero en el Grupo I de la Segunda B, y de seguir así, peleará por el ascenso, el sueño cada vez más imposible del Ceuta. El Lemona en cambio es colista del Grupo II de la Segunda División B (el mismo que domina con mano de hierro el Mirandés) y parece tener el descenso a tercera casi asegurado. El Teruel es decimotercero en el Grupo III de la Segunda División B, más cerca del descenso que de la liguilla de ascenso, pero en tierra de nadie. El Benissalem, que aún tiene opciones ante el Rayo B, es segundo en el grupo de tercera de las Islas Baleáres. El Tudelano es tercero en el grupo de Navarra de tercera.

El Ceuta, de todos modos, ya ha llegado más lejos de lo que cabría esperar. De copas, ya ha pillado cacho. Dos años seguidos.