Antonio San Martín, el abril más poético

Hace ya cuatro años de la última exposición de Antonio San Martín en Ceuta, ‘El Jardín inquieto’, fruto de esos cuatro años de trabajo y de varias exposiciones más allá de Ceuta –Tetuán, Jabea, Rabat-  son la treintena de obras que integran ‘Abril’, un recorrido por la obra reciente de este artista gaditano, ceutí de adopción, que podrá verse hasta el 28 de abril en el Museo del Revellín.

‘Abril’ parece un título lírico, como la propia obra de San Martín, pero no es sino la fecha marcada en su agenda para esta muestra y que finalmente terminó bautizando la muestra con la que el artista vuelve a su querido museo del Revellín cuyas salas, pese a la lluvia furiosa que caía sobre la ciudad, terminaron llenándose, con representantes incluso de la escena política. Además del consejero de Cultura, Javier Celaya, pasaron por allí Juan Luis Aróstegui y Mohamed Alí, de Caballas, o Fatima Hamed, de MDyC.

Un nombre, ‘Abril’ que, además de casual, encaja a la perfección con el aura primaveral, optimista, que rodea la obra de San Martín. “”Una pintura abstracta, con cierta poesía, un abstracto más bien lirico, no es violento es más bien dulce, normalmente reflejo muchos temas de jardines, de flores, que va bastante bien con el mes de abril, aunque hoy el día de no acompañe”, ironizaba San Martín, mientras la lluvia azotaba en las ventanas del Museo municipal. Un lirismo que no es buscado, sino natural, propio del artista. “Es algo que llevo yo conmigo, pinto como siento y son la gente que ha visto mi pintura la que me ha etiquetado dentro del abstracto lírico”, explica.

En abril, además de sus cuadros de tamaño medio habituales, San Martín trabaja también grandes formatos y alguna que otra superficie singular como el biombo que divide una de las salas o las paletas de panadero que encontró en Tetuán, en un paseo por la Medina con su amigo el fotógrafo Hamadi Ananou. "Me gusta cambiar de superficie, hacer algo divertido, distinto”.

Mirando atrás, en estos cuatro años, el propio San Martín advierte de su avance hacia el informalismo. “Voy poco notando una evolución, cada vez soy más informal, veo mis cuadros de hace cuatro, cinco o seis años y veo una variación hacia el informalismo, me encuentro a gusto haciéndolo”.