CGT cree que "AMGEVICESA ha vuelto a quedar en evidencia ante la ciudadanía ceutí". Desde la organización, consideran que el ente público ha cometido "un atropello" contra un grupo de trabajadores de nueva hornada que, tras superar la última convocatoria oposición, habrían sido "obligados a aceptar un contrato fijo discontinuo".

Según la Confederación, tales asalariados han quedado "diferenciados y discriminados con respecto al resto de aspirantes que superaron la prueba", en cuyas bases, presumiblemente, no venía explicitada la condición de temporalidad. "Es una nueva muestra del despotismo que se maneja en el seno de la empresa", defienden Miguel Montenegro y los suyos.

Para más inri, la mercantil habría llevado a cabo tal irregularidad con la connivencia de los sindicatos con representación en el comité, a cuyos delegados, CGT acusa de ser "serviles" y de "avalar las decisiones empresariales sin rechistar", sin perjuicio de que ello pueda suponer un menoscabo en lo que a derechos laborales se refiere.

Los responsables de CGT a nivel autonómico dicen estar "en contacto con los afectados" por lo que han bautizado como "el tocomocho de los contratos fijos discontinuos". "La cosa no va a quedar así", avisan, para adelantar: "Se están adoptando medidas legales".

Para la entidad, el "trato discriminatorio" que están padeciendo los nuevos empleados "atenta contra lo establecido en el artículo 14 de la Constitución", circunstancia que, no en balde, "no parece importarle ni a los gestores de AMGEVICESA ni a quienes deben velar por la integridad física, psicológica y vital de los trabajadores".

La ristra de arbitrariedades es extensa. Al parecer, AMGEVICESA estaría negando a los afectados por la coyuntura "beber agua potable en su puesto de trabajo" y hasta "ir al baño para cubrir sus necesidades básicas". "Se les trata como a chachas", resumen los mandamases de CGT, que tienen claro que la Administración está incurriendo en "prácticas propias de la mafia siciliana".