Los trabajadores del centro penitenciario de Loma Mendizábal se han concentrado este viernes a las puertas del centro en protesta por el asesinado a manos de un interno de una cocinera, “nuestra compañera Nuria, vilmente asesinada en Tarragona”, en palabras del representante de UGT, Mohamed Haidor. La protesta se ha seguido en cada centro penitenciario del país. Y aquí en la de Ceuta lo que han reclamado los representantes de los trabajadores con tres sencillas cosas: ser reconocidos como agentes de la autoridad, que su trabajo sea declarado profesión de riesgo y que se mejoren los protocolos pactados en su día con la administración para perseguir, prevenir y luchar contra las agresiones: “una cada 17 horas durante 2023”, según ha explicado José María Raya de la plataforma ‘Tu Abandono Me Puede matar’.

Decenas de los funcionarios de la prisión han salido a la puerta del centro para expresar su malestar, más visible en los acalorados discursos de quienes han hecho las veces de portavoces. “Queremos denunciar públicamente la falta de seguridad en los centros penitenciarios. Sabemos que la seguridad absoluta no existe y menos en nuestro entorno, pero lo que sí exigimos es más instrumentos de formación, medios materiales y personales que minimicen este riesgo”, ha explicado Haidor.

Piden más implicación de la Administración Penitenciaria para atender de una vez por todas sus carencias. “Los partidos políticos mayoritarios se tiran piedras cuando están en la oposición o el Gobierno sin reconocernos como agentes de la autoridad. Exigimos eso ya y no estamos dispuestos a soportar durante mucho más tiempo que ignoren a los representantes de los trabajadores y a los trabajadores en sí”, ha cerrado Haidor.

Desde la plataforma, José Luis Gutiérrez, ha considerado necesario “denunciar el abandono y el desprecio de las autoridades ante nuestras reivindicaciones continuas de falta de seguridad en los centros penitenciarios. Nos tienen abandonados. A la compañera la han abandonado a su suerte y ha sido asesinada por el abandono y el desprecio de las autoridades. El interno que la asesinó había sido expulsado del destino. Era un interno agresivo, violento y la dirección de Tarragona decidió readmitirlo”, ha relatado Gutiérrez.

Por ese relato ha reclamado pasar de palabras y de minutos de silencio a hechos y depurar responsabilidades “criminales”. “Deberíamos exigir en este día responsabilidad criminal de quien competa”, ha expresado para concretar luego más:

“La directora del Centro Penitenciario debería responder y pedírsele responsabilidad criminal. Alguien tiene que responder por estos hechos”.

“Cuando un profesional como la compañera asesinada eleva un informe hablando de la violencia y la agresividad de este interno, en vez de readmitirlo habría que haberle dejado que afrontara un proceso de rehabilitación psicológico o psiquiátrico”, ha proseguido Gutiérrez.

Según su compañero Raya el protocolo que firmaron sindicatos y administración está obsoleto y no recoge la mayoría de agresiones que a diario sufren los funcionarios de prisiones: “tocamientos a una funcionaria, insultos, amenazas de muerte, escupitajos en la cara de un funcionario, encajonamiento con una pistola en la parada del bus, como ha pasado en Ceuta hace unos días… agresiones claras y contundentes”.