El balance quincenal del Ministerio de Interior refleja que en lo que va de año llegaron a Ceuta al menos 241 inmigrantes irregulares más que en el mismo periodo de 2023. Según los datos ofrecidos por el Gobierno, un total de 342 personas alcanzaron por vía terrestre la ciudad autónoma. La parte más problemática ha venido con la entrada de menores no acompañados, que actualmente saturan, según la Administración local, las instalaciones de la Ciudad, que es quien tiene las competencias para su tutela.

Del informe de Interior destaca que no refleja ni una sola entrada por vía marítima, por lo que se entiende que las llegadas a nado a playas se han contabilizado en el capítulo terrestre.

Aunque la situación no es tan grave como la que se aprecia en Canarias, allí el incremento se cifra en más de 10.000 personas, la ciudad autónoma ha enfrentado en los 46 primeros días del año una subida del 236% en el número de inmigrantes por vía terrestre.

La complicación de los menores

El apartado de los menores no acompañados es el que ha traído de cabeza al Gobierno del Partido Popular en las últimas semanas. El repunte en las entradas de jóvenes inmigrantes desde mediados de enero ha provocado que más de doscientos ocupen ya espacio en los centros de tutela de la Ciudad.

Durante semanas, representantes del Ejecutivo han venido solicitando en público y en privado al Estado la firma de un plan de contingencia que regule la salida de estos menores en dirección a otras comunidades autónomas. "La carga de la frontera de España y de Europa debe ser repartida entre todos", insisten.

De hecho, incluso se celebró un largo pleno la semana pasada para instar al Gobierno de España a derivar a los jóvenes y a dotar de más medios y reforzar físicamente los espigones para evitar que se produzcan tantas entradas coincidiendo especialmente con temporales meteorológicos. No logró el PP el consenso de todos, cuestionando la mayoría (incluido el PSOE que votó a favor) la idoneidad de la sesión y su valor efectivo.