Machismo, falta de transparencia, una flota de vehículos en deterioro, amenazas a los trabajadores que se atreven a cuestionar a la dirección... La Confederación General de Trabajadores (CGT) se ha concentrado frente a las puertas del Ayuntamiento de Ceuta para denunciar una serie de irregularidades que aseguran se están cometiendo en Obimace desde la llegada de Fernando Ramos a la gerencia. Los empleados se han tapado la boca para reivindicar lo que viven como una "ley del silencio" y portado una pancarta en la que han exigido al dimisión del directivo, al que no consideran "preparado".

"Estamos amordazados, no podemos reivindicar nuestros derechos, ni exigir, nos tratan como si fuéramos borregos, si hablamos nos amenazan con traslados y lo hace el gerente en lugar de un encargado", ha lamentado Mohamed, más conocido como 'Menana', uno de los afectados.

"Se creen que somos recogedores de diamantes de sangre, y no, somos trabajadores europeos", ha protestado contra la "persecución" que le ha llevado a pasar noches sin dormir. No es el primero que tiene que "ir al psicólogo" para "no cometer una locura".

Según ha explicado Miguel Montenegro, secretario de la organización, la situación es "caótica". El gerente de Obimace -"con el beneplácito de Comisiones Obreras"- no permite en la actualidad que "un tercio" de los miembros del Comité de Empresa (tres de nueve) tengan "acceso a ninguna información o documentación": "Están guisándoselo y comiéndoselo sin dar participación al resto de miembros".

En el Tarajal los empleados "que hablan" sufren constantes cambios de destino, hasta el punto que "no saben dónde tienen que ir a trabajar cada día". "La gente se siente acosada, vienen mal", cuenta 'Menana' sobre las condiciones en las que se encuentran tanto él como sus compañeros, que en cuestión de "dos horas" se ven desplazados desde la frontera hasta Santa Catalina "cobrando un plus de transporte de nueve euros mensuales". Eso los que tienen su propio vehículo. Solo por protestar, dicen.

Los problemas van más allá, ya que "la seguridad de los trabajadores y ciudadanos está en entredicho". La flota de vehículos "está absolutamente degradada" y de momento confiesan desconocer si existe algún tipo de inversión. Al mismo tiempo la plantilla disminuye, pero además Montenegro ha denunciado la falta de mujeres en la misma, lo que provoca el "malestar" de los trabajadores, quienes han tildado de "machirula" a la empresa. "La bolsa de trabajo no se está abriendo para que pueda haber trabajadoras", ha criticado.

A juicio

No es el único asunto que tiene hoy CGT entre manos. El sindicato impugnó el pasado mes de septiembre Convenio Colectivo de los Planes de Empleo. Un caso que llega este mediodía al Juzgado de lo Social de Ceuta, donde el colectivo defenderá que se trata de "un añadido del personal laboral del Ayuntamiento en el que UGT y Comisiones pactaron una especie de convenio que atenta contra el Artículo 14 de la Constitución española".

Este, añade el secretario de la Confederación, "discrimina directamente a las personas que trabajan a través del Plan de Empleo al no aplicarles las mismas condiciones laborales y económicas". Una "cuestión atípica" y el "único caso conocido a nivel estatal" desde el sindicato.

Las esperanzas del colectivo están ahora en lograr una sentencia que "equipare" a sendos empleados o "al menos anule" dicho convenio.