La silueta de un perro sirve de firma a cada una de las 51 obras que desde hoy y hasta el 14 de marzo expone Miguel Ávila Cabezas (Granada, 1953) en la Biblioteca Pública del Estado Adolfo Suárez bajo el título ‘La mirada del perro’. 51 cuadros pintados en apenas un año fruto del impulso de crear, siempre con la mirada “holística” del “perro que se lame las heridas”, explica Ávila, que ha encontrado en la pintura una nueva forma de poesía.

Y es que Ávila lleva toda una vida dedicado a la literatura. Hasta ahora su arte se mostraba solo en negro sobre blanco. Licenciado en Filología Románica e Hispánica por la Universidad de Granada y Doctor en Filología Románica por la de Almería, ejerce como profesor de Lengua y Literatura Españolas en el IES ‘Siete Colinas’ de Ceuta, Miguel Ávila es sobre todo poeta, escritor y crítico teatral y literario. Es autor de más de veinte libros de poesía y de dos obras misceláneas de pensamiento tituladas Loquinarias y Segundo libro de las loquinarias. Como poeta, filólogo e investigador teatral ha colaborado en numerosos proyectos colectivos, antologías, homenajes, conmemoraciones, y en diversos medios especializados… Y ahora se estrena con su primera exposición de pintura. La primera de varias que se avecinan pues ya tiene ofertas de Granada y Madrid para exponer su obra.

El primer cuadro lo pintó por amor. Su mujer, fallecida, pintaba y había dejado un lienzo huérfano. Un lienzo en blanco con el que Miguel Ávila pensó que debía hacer algo más productivo que seguir sentado en el sofá lamiéndose las heridas frente al televisor. Desde entonces no ha dejado de pintar. En lienzo, en aglomerado, en cartón, con pintura plástica, con acrílica… en lo que haga falta y con lo que haga falta. 

En estas primeras pinceladas de Ávila se deja entrever un impulso visceral que se cuela entre el formalismo abstracto y el expresionismo, con cierto espíritu naíf y aires pop. Da igual si es una explosión de formas geométricas o un retrato fugaz de Miles Davis, la diversa obra de Ávila, aunque aun por madurar, es honesta, natural. Sincera como la mirada de un perro.