Los de Álvaro Pérez se dejaron su primera derrota de una forma dolorosa en Sevilla. El conjunto ceutí dio la cara frente al filial del Sevilla y a pesar de no hacer un partido vistoso sí estaban haciendo valer su profesionalidad ante un grupo cargado de futuro y habilidad en el que más allá de los resultados importan los detalles que puedan terminar por marcar las carreras de estas promesas.

El conjunto ceutí tiene en su zaga su principal argumento. Sandro y Jaime se antojan como una caja fuerte para salvaguardar la meta de los atléticos. Y eso a pesar de que en dos jugadas un trabajo excelente atrás acabó tirado por los suelos.

Expeditivos y sin miramientos no dieron oportunidad durante todo el encuentro a los sevillistas. En una categoría como en tercera no dudar vale mucho y el atlético tiene claras cuáles son sus virtudes y cómo explotarlas. Si a esa zaga bien plantada se le une cierta artillería arriba se encuentra un equipo incómodo en cualquier partido, resultadista como pocos en esta categoría y que a pesar de traspiés como el de este sábado promete batallar cada jornada y quién sabe hasta donde puede llegar.

Y ese fue su partido, entregó en cierto modo la batuta al Sevilla C, pero no como signo de rendición, sino para a partir de esa premisa hacer su partido y llegar a imponerlo durante buena parte del mismo por no decir de principio a fin.

Por más habilidad y juego de toque que quería imponer el Sevilla se encontraba con un conjunto, el Atlético de Ceuta, con mucho más oficio, bien plantado y seguro de sí mismo. Tras una primera parte insulsa y casi sin ocasiones más allá de un par de tiros a puerto, uno para cada uno, con cierto peligro y dos jugadas en cada área abortadas en el último segundo por los centrales todo sucedió en el último cuarto de hora del encuentro.

En el minuto 26 avisó el Ceuta con una jugada que necesitó la aparición estelar de la zaga sevillista en el último instante para evitar el tiro franco ante el portero.

Cuatro minutos después, el colegiado vio una falta clara a favor del Ceuta al borde del área, que bien podría haber sido penalti. El balón casi en perpendicular al punto de penal y todo el Sevilla en la barrera por detrás de los once metros. Tiró con picardía buscando que la barrera saltara y el balón pasara por debajo sin tiempo de reacción para el portero por la distancia. No hubo suerte, la barrera no se movió, pero en el rechace, Perita engatillo el balón perfecto para mandarlo a la escuadra del portero sevillano, Perales, inalcanzable. Soberbio gol que adelantaba al Atlético a falta de un cuarto de hora y que llenaba de moral a los ceutíes y hundía a los sevillistas.

De haber aguantado un par de minutos más la cosa probablemente habría terminado así, pero el Sevilla, que ya para ese punto de partido había metido toda la artillería disponible arriba, encontró el gol en una jugada que remató Antonio, una de las perlas que más miradas atrae de esa cantera. Era el minuto 35, quedaban diez para el final y se volvió al punto inicial. Tablas en el marcador.

Cinco minutos después, dispuso de una buena ocasión el Ceuta, pero la altura de la competición hace que aún el aspecto físico no esté afinado como debe y lo que en otro momento habría sido gol casi con total seguridad acabó en un balón que se paseó por la línea de gol con varios jugadores del Sevilla corriendo tras él. Al final lo atajó el portero y el delantero ceutí cometió falta al tirarse en plancha sobre la espalda del meta. El lance provocó un cruce de insultos que terminó con Perales, el portero, en la calle por roja directa.

Consumidos los tres cambios a esas alturas la jugada sirvió para tensar un partido tranquilo hasta entonces. Se vio como un jugador de campo se enfundaba la camiseta del portero.

Jugando con un menos, el Sevilla pareció conjurarse para no permitir ni un tiro a puerta. El Ceuta siguió haciendo su juego confiando en que en cinco minutos alguna tendría y quizás podría rentabilizar la debilidad en la portería. No hubo lugar.

A pesar de la inferioridad el físico pesó más y el Ceuta no llegó a tirar a puerta en esos minutos finales. Si lo hizo el Sevilla. Que encontró el gol en el minuto 49 después de insistir por la banda y de varios saques desde el lateral, avanzando al modo del rugby, Juanma filtró un buen pase para Antonio que volvió a encontrar el camino al gol.

Con el partido expirado ya sólo queda la decepción. Estuvo en condiciones de ganar el Atlético, que en cambio se vuelve de vacío de Sevilla y seguramente con un golpe en la moral de la plantilla.