La unión hace la fuerza o al menos más ruido. Así lo han pensado los integrantes de las federaciones de Madres y Padres de Ceuta y Melilla, que harán coalición a partir de la próxima semana para pedir en Madrid mejoras en las becas, avanzar en la ruptura de la brecha digital, la dotación necesaria para afrontar la educación especial y, en último extremo, que se cumpla en su integridad con la ley educativa LOMLOE.

Así lo plantearon esta tarde los presidentes de las federaciones de ambas ciudades, Mohamed Ali y Joan Casares.

“Ambas ciudades están arriba de la lista en fracaso escolar”, subrayó Casares, echando mano de los estudios que indican que en Ceuta 2,3 de cada diez alumnos no acaban la secundaria obligatoria.

Casares observa factores comunes en ambas historias de fracaso. Principalmente, la circunstancia geográfica, política y social de “ser ciudades fronterizas” y el responsable de la gestión, en este caso el Ministerio de Educación, al no tener las competencias transferidas los gobiernos locales.

Sobre la problemática con las becas habló mayoritariamente Ali. Dijo que son “insuficientes”, especificando que “105 euros dan para poco” y afirmó que llegan “tarde, mal y, a veces, nunca”, añadiendo Casares la "excesiva burocracia como problema en la tramitación"

Entiende, además, el presidente de la FAMPA de Ceuta que con los “grandes umbrales de pobreza que caracterizan a ambas ciudades" las cuantías deberían ajustarse.

Citó también el ceutí la "brecha digital" común a ambos territorios. Apuntando a "problemas de conexión y déficit equipos, no solo para los alumnos, sino también para los padres, que los necesitan".

En este sentido, Casares dio una visión totalmente opuesta, pues en Melilla "si se ha hecho una inversión en equipos", pero "la falta de formación" hace que la ciudad "siga a la cola en competencia para manejar los terminales informáticos".

El otro gran capítulo de la comparecencia tuvo que ver con falta de profesionales y con la gestión de la educación especial. Destacó el visitante la gran dificultad para ambas ciudades a la hora de contratar personal no docente: "Tienen que pasar por varios ministerios", detalló. Como resultado, ambas presentan un "importante déficit de cuidadores".

Esto afecta sobremanera en la educación especial, a juicio de Casares: "En los centros se ven lidiando con niños que tienen comportamientos no convencionales y que crean conflictos que no siempre se resuelven adecuadamente por falta de herramientas", apostilló.

La primera acción de esta unión temporal de fampas se concretará "la próxima semana" en la asamblea de la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres, a través de la cual esperan poder llegar al Ministerio, con el que hay una reunión pendiente: "Pedimos cita hace un año y aún no nos han recibido. Ahora, cuando llamen, iremos juntos", resumió el representante melillense.

Además de los grandes ejes planteados en la comparecencia, Ali explicó que se incluirán todas las cuestiones que previamente se habían solicitado, entre ellas la reactivación del proyecto del Brull, el macrocentro educativo olvidado.