Sus caras lo decían todo: llevaban dibujadas en sus rostros la palabra 'ilusión'; estaban felices. Más que felices, estaban pletóricos. Ciertamente, no era de extrañar: uno no recibe un diploma todos los días. Ya no es el diploma; es el regocijo de haber triunfado en unas Olimpiadas (no todo el mundo puede presumir de ello...).

Se celebran cada año, sí, pero ni siquiera quienes integran el gremio de la docencia terminan de acostumbrarse a ello. El quid de la cuestión radica en que "siempre hay cosas nuevas". No lo dice un educador de nueva hornada; son palabras de José Manuel García Cucurella, un profesor más que consagrado, uno que lleva un buen puñado de cursos transmitiendo sus conocimientos a todo aquel que pasa por su aula.

Decía Cucurella que, para él, "lo más importante es la experiencia que el examen supone para los alumnos". Y es que, estos últimos "se enfrentan a una prueba bastante más compleja que aquellas a las que están habituados". Pese a la aparente dificultad del escenario que se les presenta, los estudiantes "no se están jugando una nota", por lo que "no tienen ninguna presión".

Física o Matemática; eso da igual: en ambos casos, la tesitura es la propia de "una competición intelectual", una concebida al objeto de "fomentar el interés por las dos disciplinas". La iniciativa, de hecho, hace las veces de medidor de aptitud: sirve "como ensayo" a todo aquel que apunta a estudiar una carrera de ciencias.

Este 2024, se han adherido al certamen un total de tres centros. La escasez tiene una explicación: "En Ceuta, solo hay tres institutos que ofertan Física en segundo de Bachillerato". Aun siendo el monto de liceos algo bajo, al final, "el número de participantes ha sido el mismo que en años anteriores".

Según datos oficiales, algo más de una treintena de estudiantes han tomado parte en los exámenes correspondientes a esta última edición. En Física, el podio lo han conformado András Sáringer (1º), Carlos Casas (2º) y Ali Hadi Akil (3º); en Matemáticas, los tres mejores han sido Mohamed Taouil (1º), Carlos Casas (2º) y Alberto Bermejo (3º).

A los primeros clasificados de cada modalidad les toca ahora hacer las maletas. En pocas fechas, estos se irán de viaje -a gastos pagados- para participar en la Olimpiada Nacional. Los futuros matemáticos de nuestro país competirán en Calatayud (Zaragoza); los físicos, en Granada. "Será para ellos toda una experiencia", auguraba Cucurella.