La apertura de locales de apuestas cerca de centros educativos tiene consecuencias negativas directas sobre el rendimiento del alumnado, especialmente sobre el de colegios ubicados en zonas menos favorecidas. Así lo concluye un trabajo elaborado por dos investigadores del Instituto Universitario Europeo, Mar Espadafor y Sergi Martínez, que constata empíricamente que en Madrid los estudiantes de colegios públicos ubicados en zonas de bajos ingresos ven caer su rendimiento educativo cuando se abre una nueva casa de juego a menos de 500 metros.
La Ciudad ha aprobado esta semana no permitir la entrada en funcionamiento de más establecimientos de ese tipo a menos de 100 metros de centros escolares, pero las que ya están operativas podrán seguir funcionando hasta 10 años.
Los autores han comprobado que el efecto del juego "es más perjudicial para las poblaciones vulnerables". De acuerdo con los resultados de su trabajo, el rendimiento del alumnado de los institutos públicos cae 0,25 puntos en una escala de 0 a 10 cuando se abre una casa de apuestas a menos de medio kilómetro.
El efecto casi no es perceptible en el alumnado de los centros privados-concertados (entre otras posibles explicaciones se apunta al hecho de que pueden evitar que sus estudiantes jueguen al incluir más actividades alternativas extracurriculares), pero se dispara hasta medio punto cuando el centro analizado está ubicado en vecindarios con niveles de ingresos más bajos.
La normativa de Ceuta ha optado por situarse entre las menos duras del país, como la de Madrid. La más restrictiva, la de la Comunidad Valenciana, impide, entre otras cosas, la apertura de casas de apuestas a menos de 850 metros de colegios e institutos y obliga a que entre establecimientos medie una distancia mínima de 500 metros.
