Su cara lo decía todo; la felicidad y la ilusión se le veían en los ojos. Ismael El Hichou se ha embolsado este 25 de enero de 2024 el galardón resultante de "la iniciativa cultural más destacada del Ejército de Tierra": el denominado 'Premio Ejército'. Su septuagésimo novena edición, ni más ni menos.
Tras unas pocas semanas de deliberaciones varias, Ismael, estudiante del IES Almina, se ha proclamado vencedor de la Fase Regional de un certamen cuya principal pretensión pasa por "fomentar la creación artística y literaria referida a las múltiples actividades del Ejército de Tierra en el marco de las Fuerzas Armadas".
El reconocimiento hoy concedido a El Hichou corresponde a la convocatoria del pasado curso. El estamento castrense resolvió en su momento que la temática de esta última fuese la colonización del Nuevo Mundo. Su eslogan: '1492-1898: cuatro siglos de presencia de España en el continente americano y el Pacífico'.
El abanico de posibilidades era enorme. Y no solo por el tema a abordar... Los concurrentes tenían opción de presentar obras en multitud de formas y formatos, a saber: pintura, fotografía, miniaturas, investigación y una llamada 'enseñanza escolar' que, justamente, ha vertebrado la creación de Ismael.
Dicen desde el gremio militar que "los trabajos presentados han sido reflejo de las impresiones de los alumnos sobre las actividades del Ejército de Tierra adquiridas por cualquier medio". Había tres categorías: una para estudiantes de Primaria, otra para alumnos de Secundaria y una tercera para bachilleres. Al igual que en años anteriores, la iniciativa ha sido un éxito. En todos los niveles, de hecho. El grado de acogida ha sido enorme, sí, pero también ha resultado destacable "el elevado nivel de las creaciones".
El trabajo con el que el muchacho se ha alzado con su merecido premio rememora cual epopeya las vivencias de su difunto abuelo, un soldado de nombre Abdelkader que sirvió durante largos años en el Ejército Nacional, ese mismo que, tras la muerte de Francisco Franco, adoptó la nomenclatura oficial que hoy todos conocemos.
Según se detalla en el escrito, Abdelkader "perteneció al Grupo de Regulares Indígenas de Infantería número 3". En él, "presentó servicio desde 1932 hasta 1959". Durante el referido lapso, el abuelo de Ismael "participó en la guerra civil, donde resultó herido en Cataluña". "Tiempo más tarde, le concedieron una Medalla de Sufrimiento por la Patria", relataba el joven.
Abdelkader abandonó la vida militar antes de la década de los sesenta. En los noventa, su hijo -el padre del hoy ganador- decidió seguir sus pasos. "Estuvo en el Ejército de Tierra entre 1999 y 2020, año en el que pasó a ser reservista de especial disponibilidad", contaba El Hichou, para rematar: "Presentó servicio en Ceuta durante una década dentro del Grupo de Regulares número 54".
Tras leer en voz alta -y ante varias decenas de ojos- su historia, Marcos Llago destacaba del chaval su habilidad con la pluma. "Eres un ejemplo para todos nosotros por esto que has hecho", pronunciaba. "Hemos querido darte las gracias con la presencia de todos los jefes de Unidad para demostrarte nuestro cariño y admiración", añadía.
Asegura la Comandancia General que "seleccionar las mejores obras no ha sido tarea fácil". Al final, la balanza se ha acabado decantando por pequeños detalles. Así ha sido cómo Ismael se ha terminado convirtiendo en "merecedor del reconocimiento". Aquellos que han quedado por detrás del menor no tienen de qué preocuparse; la siguiente convocatoria ya está abierta. Salvo giro de guion, lo estará hasta el próximo 26 de febrero.