El último obstáculo judicial de la plaza Nicaragua está ya desbloqueado. El Juzgado cerraba el caso esta semana  tras desistir de su denuncia el anterior propietario, Hamadi Amar, conocido como 'Mario'. No sería necesario juicio alguno y la UTE Dragados-ACC puede retomar la obra. Los vecinos sueñan con ese momento desde hace 35 años.

Quedan ahora por delante siete meses de obra para hacer realidad la zona verde que se prometió hace tres décadas y media cuando se construyó Residencial Galo. Un bloque de viviendas en su día de alto standing que lleva todo este tiempo conviviendo con un gigantesco solar de 7.000 metros cuadrados en el que compartían espacio construcciones medio terminar que servían de techo a okupas, maleza, barro y fauna urbana. 

Tras años de abandono, la Ciudad compró en 2016 la parcela por 2,8 millones. Una operación beneficiosa, explicó el entonces consejero de Fomento Néstor García, al aprovecharse la “oportunidad” que deparó la existencia de una deuda de 800.000 euros de su propietario con Servicios Tributarios.  “Se acudió en segunda convocatoria a la subasta a precio de remate por 1,8 millones, a lo que después ha habido que sumar las cargas de la SAREB, 1,6 millones que pesaban sobre los dos solares, con lo que hubiésemos pagado 3,4 pero tras lograr una rebaja de 500.000 euros en ese último concepto el coste final ha sido de 2,8 millones, 800.000 para cobrar la deuda”.

Pero no fue hasta seis años después cuando se empezó a trabajar en la plaza Nicaragua. Un auto judicial ordenaba en octubre del pasado año la paralización de los trabajos que comenzaron en abril y deberían estar listos en un año, a las puertas de las elecciones. El anterior propietario pretendía que la Ciudad le abone casi medio millón de euros, a pesar de que en su día el Gobierno ya pagó en subasta por la parcela 2,89 millones más 1,25 más en pago de deuda pendiente y podría habérsela quedado por ese 1,25 que provocó la subasta pública de la propiedad. Una demanda que el Gobierno interpretó como un chantaje: “El único sentido que yo le veo es tratar de aprovecharse de la situación para sacarle dinero a la Ciudad y eso no lo vamos a permitir”, valoro entonces el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.

Finalmente la empresa ha desistido de su demanda y las máquinas volverán a la plaza Nicaragua. Para celebrarlo, los vecinos colgaron en sus redes sociales esta semana las simulaciones de la plaza con la que vienen soñando desde hace 35 años. Algo que, si no se vuelve a torcer todo de nuevo, podría ser realidad este mismo año. Eso sí, por culpa de la demanda no podrá ser antes de elecciones.