Atraviesa todo El Serrallo. Y está repleta de 'obstáculos'. Más que una calzada, parece un campo de minas. Su nomenclatura oficial es 'N-362'. Es una Nacional, sí, pero su gestión no recae sobre Madrid. Ni el Ministerio de Defensa ni el de Fomento; "lo lleva la Ciudad", decían desde Delegación. "Es nuestra", confirmaba a posteriori el Gabinete de Comunicación de la propia Administración local.

Lleva años olvidada: ni siquiera la ambiciosa (y costosa) campaña de asfaltado que el área de Fomento dispuso en vísperas de las autonómicas llegó a ella. El resultado de esa palpable falta de atención resulta en un cóctel perfecto para evitar transitar por la misma a toda costa: baches, hundimientos, grietas, boquetes... En definitiva, todo aquello que cualquier conductor de bien querría evitar.

Si la subida ya es tortuosa, la bajada está a otro nivel (literalmente): además de todo lo mencionado con anterioridad, hay en mitad del carril descendente un escalón lateral poco o nada apto para motocicletas (en serio, ¿nadie del Gobierno ha pasado alguna vez por allí?).

Casi más peligroso que los desniveles es el extenso reguero de gravilla que hay pegado al arcén. Resbala (y mucho), pero tampoco eso parece motivo suficiente como para mandar a una brigada a limpiar a fondo el firme. "Es tremendo; esto es un peligro", se quejaba -resignado- un veterano vecino de la zona.

Por si todo lo expuesto fuera poco, de noche, el riesgo se multiplica. Las innumerables irregularidades del terreno, la escasa iluminación artificial y la baja visibilidad hacen que recorrer la carretera en horario nocturno sea poco menos que un deporte de alto riesgo; una yincana.

En la ciudad del dinero público y las subvenciones, parece que los cuatro millones de euros de la anterior campaña no dieron para, por lo menos, alquitranar un poco la 362. Dicen que más vale tarde que nunca: en un aparente intento por enmendar la plana, la parcela administrativa que encabeza Alejandro Ramírez ha decidido meter mano a la calzada. "Va a estar incluida en la próxima campaña de asfaltado", adelantaba el Ejecutivo.

Casualidad o no, Fomento está, hoy por hoy, "en fase de finalizar el pliego técnico". Pese a la aparente buena predisposición, de momento, no hay fecha para el inicio de los trabajos. La Administración escurría el bulto con un tajante "será el próximo año", argumentando que, antes, "hay que culminar todas las gestiones administrativas y adjudicar la obra". "No es cuestión de voluntad política, sino de meros trámites burocráticos", zanjaba el Gabinete de Juan Vivas. Como siempre, habrá que esperar para ver si las palabras se traducen en hechos.