CAZA

La caza ceutí, en mínimos históricos

La caza ceutí, en mínimos históricos
Un hombre, recargando una escopeta de caza
Un hombre, recargando una escopeta de caza
Según la Fundación Franz Weber, la práctica ha caído en casi 50 puntos porcentuales a lo largo de los dos últimos años

La caza ceutí no está atravesando, precisamente, el mejor de sus momentos. Según la Fundación Franz Weber, esta se ha convertido en una actividad marginal en nuestra ciudad. A lo largo de 2022, el ente público solo ha concedido 116 licencias para cazar, lo que, en términos porcentuales, representa el 0,17% de la población caballa.

Los naturalistas señalan que, "a pesar de los nulos apoyos sociales, la Ciudad Autónoma ha subvencionado a la sociedad local de manera regular, otorgando miles de euros para fomentar las cacerías sin que exista un interés real por parte del conjunto de la ciudadanía".

La normativa municipal contempla la expedición de lo que se conoce como 'Autorización Especial para Menores' a jóvenes de entre 14 y 18 años de edad. Sin embargo, de acuerdo con la información facilitada por la Consejería de Medio Ambiente, este año, no se han concedido licencias de caza a menores.

Asimismo, el histórico de las licencias otorgadas desde 2020 evidencia una caída importante. Si ese año eran 219 los ceutíes que adquirieron el permiso, en 2022, son tan solo 116, una caída del 47% en apenas dos ejercicios.

Con los datos en la mano, cabe la remota posibilidad de que Ceuta se convierta en el primer territorio español en abolir la caza como tal al no existir ni apoyo social ni supuestos aficionados entre su población, toda vez que es factible orientar los esfuerzos actuales en favorecer el turismo de naturaleza y observación. Tanto el ámbito terrestre como el marino ofrecen multitud de posibilidades para el avistamiento y seguimiento de aves migratorias, pequeños cetáceos y otras especies animales

Evitar más riesgos: prohibir el alcohol

Con la temporada de caza en marcha y niños acompañando a adultos, los naturalistas insisten en que las Administraciones ignoran deliberadamente el consumo de bebidas alcohólicas que se da en estos contextos, señalando que "la única tasa aceptable mientras se portan armas debería ser 'cero'".

En este sentido, los colectivos 'anticaza' mencionan un reciente informe del Senado de Francia, cuya principal propuesta pasa por prohibir el consumo de alcohol entre los cazadores, alertando sobre el número de víctimas y heridos que provoca la actividad en el país vecino.

Un peligro multifactorial

La Fundación Fran Weber señala que la caza en estas condiciones "es un peligro para la naturaleza, para la biodiversidad y para cualquier persona que participe en las batidas o que sea ajena a las mismas". Al respecto, la entidad pone como ejemplo las víctimas alcanzadas por escopeteros que afirman haberse "confundido" al disparar.

"Si un individuo es incapaz de reconocer a un jabalí, corzo o zorro con sus capacidades volitivas supuestamente adecuadas, estando bebido o drogado, los riesgos se multiplican de manera exponencial", explican desde la fundación.

La caza ceutí, en mínimos históricos


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