Por si aún no te habías enterado, la UME está en Ceuta. Su visita, querido lector, no va a pasar, en absoluto, desapercibida. De hecho, es bastante probable que, a lo largo de estos días, tú, que estás ahora mismo leyendo esto tan tranquilo en el sofá de tu casa, escuches algún que otro estruendo en forma de alarma, bien procedente del exterior, bien en tu propio teléfono móvil.

La Unidad inició ayer mismo en suelo caballa su anunciado ejercicio multirriesgo bajo el supuesto de terremoto e inundaciones. El mismo encuentra su razón de ser en el convenio bianual que la Consejería de Presidencia y Gobernación tiene suscrito con las Fuerzas Armadas al objeto de "consolidar la integración de todas las capacidades del sistema de Protección Civil y Emergencias a nivel local, autonómico y estatal". En virtud de ese mismo acuerdo, el Arma adquirió el compromiso de visitar nuestra urbe una vez cada dos años.

El ejercicio no es, ni muchísimo menos, un movimiento baladí. Visto lo ocurrido hace escasamente dos semanas en Marruecos, no parece nada descabellado que las autoridades quieran afinar la coordinación entre organismos de cara a una posible catástrofe como la recientemente vivida en nuestro país vecino.

La idea del simulacro no es otra que la de replicar todos los posibles escenarios derivados de un seísmo. Dentro de ese catálogo de vicisitudes y dada su proximidad al mar, cabe la eventual posibilidad de que se produzca un accidente en el helipuerto. Ese es justo el supuesto al que la Unidad Militar de Emergencias se enfrentará este próximo miércoles.

Según el capitán Ángel Saldaña, "uno de los objetivos del operativo es calcular los tiempos de despliegue y reacción" para, así, saber cuánto tardaría la primera guarnición de la UME en tocar tierras ceutíes en caso de emergencia. A este respecto, Saldaña cree que la llegada del Ejército no debería demorarse más de "cuatro horas".

Cabe resaltar que el mando central de las Fuerzas Armadas ha decidido no escatimar en recursos. Nada más y nada menos que 160 funcionarios de la Unidad participarán de una u otra forma en la operación. A ellos, hay que sumar un total de 42 vehículos. Pese a que la cosa puede llegar a asustar, Saldaña insiste: "No hay nada que temer; es solo un simulacro".

Además de los funcionarios de la propia UME, en el ejercicio, tomarán parte las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con presencia en Ceuta. También lo harán Protección Civil, el 061, el Cuerpo de Bomberos, el 112 y alguna que otra asociación ciudadana, como bien puede ser el caso del Colegio Oficial de la Psicología.

La pregunta es: ¿por qué un terremoto? ¿Tuvo algo que ver el incidente de Marrakech con la elección de este supuesto? Lo cierto es que no. En palabras del director general de Gobernación, Alfonso Conejo, "no ha sido más que una casualidad". "El simulacro está programado desde hace muchos meses", revelaba.

La enjundia de la iniciativa radica en "la multitud de riesgos" que un terremoto suele traer consigo: roturas de presas, derrumbes, rescates marítimos y verticales, caídas de los sistemas de telecomunicaciones... Las posibilidades son infinitas; de ahí, la necesidad de tener todo bien atado.

A falta de datos oficiales, Conejo aseguraba que, del lado de la Ciudad, "van a estar implicadas muchísimas personas". En esta línea, el funcionario aclaraba que la finalidad es la de estrechar la colaboración entre la Administración General del Estado y la local.

El operativo, no en balde, no estará coordinado desde un despacho en Madrid, sino por la propia Ciudad Autónoma. Al estar el simulacro catalogado como de nivel 2, la organización y disposición de recursos recae directamente sobre el Gobierno que preside Juan Vivas, que se valdrá del ensayo para, en caso de darse una catástrofe de similar índole, "actuar con la mayor celeridad y eficacia posibles".

Al término del ejercicio y consumado el repliegue de medios, todas las instituciones y organismos actuantes se reunirán a puerta cerrada para llevar a cabo un breafing, esto es, un encuentro en el que "poner en común y evaluar los tiempos de respuesta, la capacidad y la eficacia". La cita servirá, además, para valorar si Ceuta está preparada o no para soportar emergencias como la planteada.