QUEJA VECINAL

La plaza de Azcárate y la (eterna) odisea de los bancos en los que no te puedes sentar

La plaza de Azcárate y la (eterna) odisea de los bancos en los que no te puedes sentar
Plaza Azcárate suciedad basura residuos limpieza
Uno de los bancos de la plaza de Azcárate, lleno de agua / A. C.
La céntrica glorieta lleva años padeciendo un problema al que, por algún motivo, los sucesivos gobiernos presididos por Juan Vivas aún no han ofrecido solución: cuando llueve, el agua permanece estancada en sus asientos durante varios días

Olvidada, abandonada, sucia, deprimida: así está esa plaza que, a pesar de todo, rezuma vida por sus cuatro costados, esa misma que, cada día, se convierte en una especie de local social improvisado para cientos de vecinos, esa que, aun siendo la zona de juego predilecta de tantos y tantos niños, no parece ser del interés de las autoridades (no, al menos, en lo que a mantenimiento y cuidados se refiere).

Sus problemas se acumulan; sus deficiencias se cuentan por decenas. Pero ahí sigue: igual de desharrapada que siempre; resistiendo como buenamente puede los envites del tiempo; tan sumida en la indiferencia del Gobierno local como hace, por ejemplo, cinco años: así está la siempre acogedora Azcárate.

Plaza Azcárate
Plaza de Azcárate / A. C.

Es un lugar icónico, un espacio con mucha historia (y muchas historias), pero ni siquiera eso parece acicate para que la Administración le preste la atención que merece. Está en el centro, en pleno casco urbano, mas su estampa se asemeja más a la de cualquier glorieta de la periferia que a la de esa plaza de África que, en ocasiones, parece un oasis en medio del desierto.

Hay quienes culpan de su pobre estado a la concesionaria del servicio de limpieza viaria. Hay otros que, por contra, sostienen que es el incivismo el que está detrás de tanto desaseo. Lo cierto es que, pensándolo bien, la dejadez en torno a Azcárate esconde tras de sí una amalgama a la que dan forma múltiples factores, una que corona la desgana propia de los sucesivos consejeros de Fomento.

Tras el fuerte temporal registrado el pasado 9 de marzo, el que escribe estas líneas visitó la zona en calidad de reportero gráfico. Dos días después, hizo lo propio la cúpula de la entidad que agrupa a los vecinos del sector. En ambos casos, la lectura y las conclusiones fueron las mismas: Azcárate atraviesa uno de sus peores momentos (si no el peor).

Plaza Azcárate suciedad basura residuos limpieza
Una de las zonas ajardinadas de la plaza de Azcárate, infestada de basura / A. C.

Sus bancos están desconchados, pero eso es lo de menos. Cualquiera que frecuente el lugar lo sabe de sobra: si llueve, olvídate de sentarte hasta pasadas varias jornadas (salvo que no te importe hacerlo en el suelo, claro). Y es que, los días de agua provocan que los asientos queden completamente anegados (que no mojados); las precipitaciones ocasionan que, en ellos, se formen charcos de varios milímetros de espesor.

Los más optimistas -que los hay- dirán que "para qué quieres el banco entero", que, en caso de haber llovido, "te puedes sentar en el borde" y evitar, así, mojarte la ropa que lleves puesta. La verdad: ojalá todo el mundo tuviera la misma visión de la vida; todo sería muchísimo más fácil.

Por si el agua estancada en la superficie de los bancos fuese poco, tras estos, la misma se acumula hasta alcanzar niveles insospechados. "Parece una piscina", apuntaba un veterano transeúnte. Con el pasar de los días, el líquido termina filtrándose y apareciendo en forma de goteras en los niveles inmediatamente inferiores.

Plaza Azcárate suciedad basura residuos limpieza
Una de las zonas ajardinadas de la plaza de Azcárate, infestada de basura / A. C.

Fluidos aparte, las casi inexistentes zonas verdes lucen habitualmente hasta arriba de residuos: vasos de cartón, bolsas de plástico, latas de refrescos, tetrabriks... Por haber, hay hasta ropa de cama. Sí, has leído (y visto) bien: al momento de tomar la anterior instantánea, había en los antiguos jardines de Azcárate una almohada (funda incluida). "Es un asco; la gente no tiene educación", valoraba otro paseante.

Otro gran problema tiene que ver con la creciente falta de farolas. Entre las quince que, antaño, iluminaban la plazoleta en horario nocturno, hay una que dejó de hacerlo a raíz de la última borrasca: la fuerza del viento provocó que la carcasa de su luminaria se saliera completamente de cuajo y que esta cayera al suelo. Dirás "bueno, aún quedan catorce". No es así: otras dos lámparas corrieron la misma suerte hace ya algunos años, por lo que la iluminación se reduce a mayor ritmo del que el Gobierno es capaz de seguir para reponer los enseres.

Plaza Azcárate farolas
Farolas de la plaza de Azcárate / A. C.

El último lavado de cara de la glorieta data de 2019, cuando ni siquiera sabíamos qué era eso del 'coronavirus'. Entonces, el Gabinete de Juan Vivas se gastó 150.000 euros en un proyecto que prometía traer consigo una reforma integral de calado. "Remodelar el entorno de Azcárate": ese era el objetivo que se fijó Fomento. Al final, lo único reseñable fue la eliminación de los grafitis. Eso y la renovación del vallado; poco más.

A día de hoy, TRACE solo baldea Azcárate un puñado de veces al mes. A falta de conocer la opinión de un experto, cualquiera diría que los esfuerzos son del todo insuficientes. Desde la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, creen que la solución a la suciedad y a los embolsamientos de agua pasa, en buena medida, por eliminar las zonas ajardinadas y por instalar junto a los muros "bancos de metal normales y corrientes". Como siempre, será el Gobierno el que tenga la última palabra.

Plaza Azcárate suciedad basura residuos limpieza
Una de las zonas ajardinadas de la plaza de Azcárate, infestada de basura / A. C.

La plaza de Azcárate y la (eterna) odisea de los bancos en los que no te puedes sentar


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad