Lo anunciaron a bombo y platillo como un homenaje radicalmente distinto a todo lo visto hasta la fecha en el contexto del 8M. Iba a ser diferente, sí, pero también necesario. El foco iba a estar puesto en la mujer, mas no en la europea: el grueso de la atención recaería, esta vez, sobre todas aquellas -grandes y pequeñas- que han nacido y residen en Palestina. El pretexto: "Su lucha por la liberación". Más claro, agua.
Lo advirtió la formación que comanda Mohamed Mustafa hace ahora dos días: "Este año, es obligatorio que Gaza esté presente". "Cuando hablemos de empoderamiento femenino, debemos señalar lo que está sucediendo allí", subrayaron los localistas, que tienen claro que, hoy por hoy, "el caso de la mujer palestina constituye, más que nunca, un ejemplo".
El escenario elegido por el partido para dar rienda suelta a la palabra ha sido el salón de actos de la Ciudad del Fútbol; todo allí estaba perfectamente dispuesto para la ocasión: carteles, imágenes, banderas y hasta un modesto convite al que han dado forma las empanadas, la tortilla de patatas, los zumos y los refrescos. Eso sí: por aquello del boicot, todo eran productos de marca blanca; nada de artículos en cuya producción pudiera estar involucrado "el Estado genocida de Israel".
"Buenas tardes a todos", abría Julia Ferreras. "Salam alaikum", replicaba al instante en idioma árabe. La segunda de a bordo del sucesor espiritual de Caballas ha centrado el tiro -en una charla que ha sido larga y profundamente reivindicativa- en lo que ha acuñado como "doble opresión". Se la atribuye, claro, a la mujer palestina, que sufre por partida doble por ser, precisamente, "mujer y palestina".
Ferreras cree que "no se puede ser feminista si no se condena el genocidio en Gaza". Lo cree por un buen motivo: "El único feminismo posible es el antirracista, anticolonial e interseccional". Realmente, lo que tanto alegato esconde tras de sí es algo bien simple: la pretensión de ofrecer a las gazatíes (y a las palestinas en general) "el homenaje que merecen". Eso era lo que se buscaba y eso es lo que se ha acabado haciendo.
Desde Ceuta Ya!, creen que, dada la coyuntura, las féminas que habitan la Franja "han sido invisiblilizadas". A pesar de ser la actualidad la que es, en Palestina, "hay mujeres muy conocidas". Tal es el caso de la periodista Shireen Abu Akleh, "asesinada en el año 2021". La otra cara de la moneda la componen aquellas que, casi por inercia, han caído en el más absoluto anonimato. Por desgracia, las que integran este último grupo son mayoría.
Dicen que, en un contexto de guerra, quienes más sufren son siempre las mujeres. Lo cierto es que no estaría de más preguntar qué opinan al respecto a, por ejemplo, aquellos que combatieron en Vietnam; a lo mejor, su pensamiento es otro. En cualquier caso, siendo esa la premisa, nada lleva a pensar que el caso que hoy nos ocupa constituya una excepción. Las gazatíes acumulan en su ser mucho, muchísimo sufrimiento. Pese a ello, Ferreras sostiene que "la mujer palestina, de sumisa, no tiene nada". Tan es así que, durante el Mandato británico, "su papel fue muy importante".
Y es que, lo del boicot no es ninguna novedad; no es nada que se haya ideado ahora. Cuenta Ferreras que, en plena ocupación, "muchas amas de casa se asociaron y dijeron 'no' a los productos importados". "Todas aportaron su granito de arena, por eso merecen ser reivindicadas este 8M", apuntaba la diputada.
Las muestras de admiración no han sido solo para aquellas que viven en Gaza. Lo hizo ayer el Partido Popular; antes de que la Ciudad y MDyC lo hagan el próximo día 8, este miércoles, le tocaba a Ceuta Ya! Mustafa y los suyos han aprovechado el tirón que siempre suponen este tipo de eventos para distinguir -estatuilla mediante- a Concha Bernet y a Nadia Abderrazak, "dos mujeres espectaculares". La una es profesora; la otra, trabajadora social. Sus premios servían para dar carpetazo a un acto dilatado pero enormemente necesario.