El PP ha tumbado sin mayor aspaviento la pretensión de la oposición de formar parte de las Mesas de Contratación en calidad de observadores. Y lo ha hecho sin un argumento de peso y contundente tras un debate tenso en el que Caballas por voz de Juan Luis Aróstegui ha usado el no del Gobierno a esta petición para arrojar un manto de sospecha sobre las contrataciones, mientras el portavoz del PP y presidente de todas las mesas de contratación, el consejero de Hacienda, Francisco Márquez, impartía lecciones sobre el funcionamiento de la democracia y el líder de los socialistas, José Antonio Carracao, conectaba la empresa ganadora del último concurso con el PP de Cantabria.

Poco más a lo que agarrarse le ha quedado a Márquez y ha recurrido al insorteable “confunden la oposición con el Ejecutivo. Tenemos la encomienda de gestión que la ciudadanía nos dio en las urnas, el presidente delega la competencia de la contratación” y ya está, ha explicado Márquez en su segundo turno de intervención.

El portavoz de los populares también ha acusado a Caballas de pretender politizar las mesas de contratación, cuando las mismas no deben estar politizadas. Y para demostrar su fe en esa afirmación, ha explicado que por iniciativa suya y del Ejecutivo se decidió excluir de las mesas a los representantes políticos del Gobierno que antes participaban para que sólo estén compuestas por técnicos de la administración y el presidente de la mesa, que, aunque esto no lo ha dicho, casi siempre es él.

Y no ha hecho tampoco falta que lo dijera porque ya se ha encargado el concejal Aróstegui de recordárselo. “No es que no haya participación política, la hay, es de una persona, usted. Y tanto es así, que se ha asegurado de que todos los contratos de todas las empresas municipales vayan también a la mesa de contratación en la que está sólo usted como representante político. No creemos correcto que toda la contratación pública esté en manos de una sola persona”, ha replicado Aróstegui.

En medio del debate y dado el argumento esgrimido por Márquez, Aróstegui le ha lanzado una propuesta para forzar el acuerdo: Que las Mesas de Contratación las llevaran adelante únicamente los técnicos del Ayuntamiento. También ha sido rechazada.

“Si no se pretende nada ilícito es muy difícil oponerse a esta propuesta. No creo justo hablar de contradicciones sobre si se politizan o no las mesas. Usted quiere que haya presencia política, pero solo la suya. Y todos los demás excluidos. No le controla ni su propio partido. No parece justo, democrático ni transparente. Luego se rasgan las vestiduras y dicen que generamos el rumor de la falta de transparencia. Si yo estuviera en mi casa sentando viendo este Pleno por la tele me preguntaría ‘¿qué le molesta al PP que los partidos de la oposición vean el proceso?”, ha rematado Aróstegui el debate.

La oposición pretendía que se permitiera su participación en las mesas como meros observadores durante todas las reuniones de la misma y no sólo en la final en la que se adjudican los contratos que por Ley tiene que ser pública. Para sostener esa petición, Aróstegui ha recordado que el Gobierno torpedea la labor de la oposición de forma constante negando a los diputados la información a la que por Ley tienen derecho. “¿El contrato de Urbaser? No puede ser ¿Las facturas? Tampoco puede ser”, ha dramatizado Aróstegui.

Por eso el objetivo de la propuesta era “fortalecer la transparencia en las contrataciones”, ha recordado Aróstegui. “Las contrataciones mueven mucho dinero, generan muchos intereses, son decisiones complicadas y requieren el mayor esfuerzo de transparencia y rigurosidad y eso no se garantiza ahora”, ha rematado Aróstegui.

En esa misma línea el PSOE, que se ha abstenido, ha coincidido en los argumentos y en la pertinencia de presentar la propuesta, pero no la ha apoyado para que “no les sirvamos de coartada y se escuden de sus decisiones erróneas diciendo ‘es que ustedes estaban presentes”, ha defendido Carracao.

“Como oposición hago mi labor que es leerme los expedientes y veo que casi todos presentan decisiones inexplicadas, no digo que sean incorrectas, que se basan en su discrecionalidad”, ha explicado Aróstegui señalando a Márquez. “Su margen de discrecionalidad es muy amplio y está fuera del control político”, ha concluido.

Y como muestra un botón, Aróstegui había comenzado su argumentación explicando que en un concurso realizado mediante el método de negociado sin publicidad se eligió a tres empresas de las “300 que operan en Ceuta” del sector de la construcción. En este método se puede elegir tres empresas, pero hay que explicar los motivos por los que se eligen y por los que se usa el método del negociado sin publicidad. “Se requiere justificación, pero aquí la justificación es ‘lo ha dicho Paco”, ha explicado Aróstegui. Y en ese expediente en concreto a mitad de concurso se optó por cambiar las tres empresas elegidas por otras distintas “y ¿por qué? No hay justificación. ‘Lo ha dicho Paco’. Pero esas cosas que dice Paco nunca aparecen en el expediente”, ha relatado Aróstegui.

Márquez se ha defendido acusando a Aróstegui de elevar a la categoría general un hecho concreto y le ha reiterado que puede acudir a la última sesión de las mesas siempre que quiera, tal y como obliga la Ley y le ha recordado que tiene acceso a toda la documentación que quiera.

Contratación de la Pecera

Tanto el PSOE como Caballas usaron también como ejemplo de por qué no creen que se esté siendo transparente en la contratación la última adjudicación de un servicio, el de la guardería de Juan XXIII, ‘La Pecera’, al grupo Arasti Barca.

Pero sin duda, Carracao que lleva todo el fin de semana insistiendo en el asunto ha subido la tensión del debate cuando puso sobre la mesa además de sus dudas ya expresadas públicamente una conexión personal que podría haber pesado más que los distintos méritos del concurso. Así el portavoz de los socialistas conecto a la empresa adjudicataria y a sus propietarios, dos hermanos, con el consejero de Industria del Gobierno de Cantabria, ahora en manos del PP, también hermano de los propietarios de la empresa que se ha llevado el contrato al agua.

Y lo ha hecho, tal y como recordó Carracao a pesar de obtener peor puntuación en los apartados técnicos que las empresas que concurrían y ya están afincadas en Ceuta y ser la oferta más cara en el plano económico.

Sobre la poca probabilidad de que la empresa sea capaz de mantener las contrataciones, Caballas ha sumado otro argumento que lo hace todo más sospechoso aún. “Se ha dicho en prensa que han ganado porque ofrecían once puestos de trabajo más, a mí me salen en lugar de 24, 35, pero lo cierto es que no es así. Si hay más puestos de trabajo, depende de una cosa que pone en pequeñito la oferta que es que hará esa inversión siempre y cuando los padres de los alumnos paguen actividades extraescolares en horario de tarde”, ha argumentado Aróstegui para explicar a través de este ejemplo las razones que llevan a su grupo a dudar de la política de contratación del Gobierno y a requerir su presencia como observadores en las mesas.

La situación seguirá como hasta ahora, el PP, no quiere nadie mirando.